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Reportaje:

Guardianes de Albacete para el Báltico

Un contingente español defiende el espacio aéreo de Lituania, Estonia y Letonia de ataques terroristas e intrusos

Natalia Junquera

Son poco más de las 11 de la mañana y en la base de Siauliai (Lituania) suena la alarma que alerta de la invasión del espacio aéreo por un avión intruso. Dos pilotos españoles salen corriendo hacia su avión, el cazabombardero Mirage F-1, vestidos con un traje especial para evitar los efectos de la gravedad en la circulación sanguínea. En menos de 11 minutos están en el aire persiguiendo al intruso a una velocidad de 2.335 kilómetros por hora, 2,2 veces la velocidad del sonido.

Desde el pasado 1 de agosto y hasta el 30 de noviembre, un contingente español formado por 83 hombres y mujeres (pilotos, controladores aéreos de interceptación, personal de mantenimiento y apoyo) la mayoría pertenecientes a la unidad Ala 14 con sede en Los Llanos (Albacete), vigila el espacio aéreo de Estonia, Lituania y Letonia en una misión de la OTAN. Las tres repúblicas bálticas se incorporaron a la Alianza Atlántica en 2004 y carecen de aviones de combate, razón por la cual la OTAN decidió que fueran otros países miembros los que, por turnos de cuatro meses, vigilaran su espacio aéreo.

El jefe del destacamento reconoce tener un "cuidado especial" con la frontera aérea rusa

La alarma de hoy es un simulacro, pero en los dos meses que el destacamento español Haris -nombre de una estrella que significa "guardián" en árabe- lleva en Siauliai, los de Albacete han realizado más de 100 salidas, dos de ellas por amenazas reales: "Finalmente, se trataba de un avión comercial que no se había identificado porque tenía averiada la comunicación por radio y una avioneta privada que invadió el espacio aéreo de Lituania", explica el teniente coronel Francisco Javier del Cid, jefe del destacamento español, de 48 años, que reconoce tener un "cuidado especial" con la frontera aérea rusa.

"Estamos muy a gusto", comenta Del Cid. Algunos de los militares españoles incluso se han echado una novia lituana. "Mantenemos muy buena relación con la población local. Nos tienen cariño porque mucha gente de aquí viene a España a trabajar en la recogida de la fresa en Murcia", comenta José Antonio Arza, jefe de mantenimiento del destacamento.

Nada que ver con el mal sabor de boca que dejaron los belgas, que repiten turno y relevarán a los españoles a partir del 1 de diciembre: "Bebían muchísimo y se ponían muy pesados con las mujeres de aquí. Hubo muchas peleas", comenta uno de los militares españoles.

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Son cuatro meses fuera de casa, pero los de Albacete no han querido abandonar ninguna buena costumbre: han formado un equipo de fútbol, el Haris, y cocinan paella o tortilla con cualquier excusa y siempre que tienen visita. En los dos meses que llevan en la base de Siauliai, presidida por una bandera española, un cartel taurino y una imagen de la Virgen de Los Llanos, han tenido muchas visitas, incluida la de los niños de un orfanato local, a los que naturalmente invitaron a tortilla.

No parece que los españoles vayan a repetir turno en Siauliai. Sin embargo, Del Cid estima que las repúblicas bálticas no tendrán medios suficientes para vigilar su espacio aéreo hasta 2018.

El entonces ministro de Defensa, José Bono, presentó la misión en junio de 2005 en el Congreso como necesaria pero "coyuntural": "¿Por qué irían nuestros aviones a Lituania? Irían porque ahí hay un hueco por el que podríamos recibir un ataque terrorista dentro del territorio OTAN y no es esta una posibilidad que tengamos que despreciar. Me parece que por la propia seguridad nacional de España debemos hacerlo", declaró. "Si estos países quieren pertenecer al sistema de defensa común lo que tienen que hacer es comprarse los aviones que requieran. Ésta es una misión que con esta provisionalidad y por una sola vez, es suficiente", añadió en marzo de este año.

El coste de la misión es de 1.3 millones de euros.

Uno de los cuatro cazabombarderos Mirage F-1 que utiliza el contingente español para vigilar el espacio aéreo de las repúblicas bálticas.
Uno de los cuatro cazabombarderos Mirage F-1 que utiliza el contingente español para vigilar el espacio aéreo de las repúblicas bálticas.MINISTERIO DE DEFENSA

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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