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Reportaje:

A vueltas con el petróleo

El PP pide al Gobierno que no autorice las prospecciones petrolíferas en Valencia pese a que la Generalitat puede impedirlas

El PP ha vuelto a pedir al Gobierno central que paralice cualquier proyecto que implique la realización de prospecciones petrolíferas en el Golfo de Valencia. Esta vez lo ha hecho a través de una propuesta de resolución aprobada el viernes en las Cortes Valencianas. El PP obviaba así una vez más, como ha hecho repetidamente desde que a finales de agosto se conoció el proyecto, que éste no puede salir adelante sin la anuencia de la Generalitat, que tiene competencias exclusivas para emitir algunos de los informes necesarios para que el Gobierno central apruebe la concesión. El asunto ha sido utilizado durante el último mes por el PP y por el consejero de Territorio, Esteban González Pons, como arma arrojadiza contra los socialistas.

Días después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara las solicitudes formuladas por la empresa petrolera británica Medoil para obtener los permisos para tres proyectos de investigación de hidrocarburos frente a la costa de Valencia, González Pons pidió una reunión urgente con el ministro de Industria, Joan Clos, para pedirle explicaciones por lo que calificó como "la mayor agresión histórica" de los últimos años contra el medio ambiente valenciano.

El consejero calificó de "barbaridad" que se puedan autorizar prospecciones petrolíferas frente al parque natural de L'Albufera o en cualquier otro punto del litoral mediterráneo valenciano. "Como consejero nunca quisiera ver una plataforma petrolífera frente a L'Albufera", dijo González Pons, que anunció que su departamento enviará "los informes que avalan nuestra preocupación" al Ministerio de Industria para que se replantee su autorización a la petrolera.

En cambio, al PP y al consejero no parece que les moleste la futura presencia de gigantescas grúas y de miles de contenedores frente a la playa urbana de la Malva-rosa si sale adelante la nueva ampliación del puerto. Un proyecto que, además, también afectará al parque natural de L'Albufera, porque provocará una nueva regresión de la playa de El Saler.

A finales de septiembre, el Grupo Popular de las Cortes anunció una iniciativa parlamentaria para oponerse al proyecto. Y el viernes el PP aprobó la ya citada propuesta de resolución, que justifica la petición al Gobierno central "por las variadas, indudables y reconocidas consecuencias que este tipo de actividad puede tener sobre la biodiversidad de este enclave (L'Albufera), y los efectos económicos y turísticos que estas tareas llevan aparejadas". Y siempre dando por hecho que es un proyecto inminente y obviando que la Generalitat puede impedirlo.

El proyecto presentado por Medoil sólo ha dado el primer paso de un larguísimo camino. Está pendiente de informes de diversos ministerios, de la apertura de ofertas y, en su caso, de otras ofertas en competencia, de un proyecto de Real Decreto, del posterior trámite de audiencia y, finalmente, de la nueva publicación en el BOE.

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Pero entonces todavía quedaría un largo camino por delante antes de que se pudiera ver la hipotética imagen de unas torres de extracción de crudo frente a L'Albufera que tanto ha alarmado a González Pons.

Porque según el ministerio, el otorgamiento de los permisos solicitados por Medoil sólo supone la concesión de unos derechos en exclusiva para realizar posteriormente actividades de investigación de hidrocarburos, "pero no supone la concesión de ninguna autorización administrativa para la realización de las mismas actividades". Cada una de esas actividades requerirá el correspondiente expediente y la presentación de proyectos detallados de realización, que serán sometidos a los criterios y requisitos medioambientales que establece la ley.

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