Los enfrentamientos entre dos grupos de mineros bolivianos causan 16 muertos

Los enfrentamientos entre dos grupos de mineros bolivianos por el control de un rico yacimiento de estaño causaron ayer casi una decena de muertos. Si se suman a los que fallecieron en una batalla campal el pasado jueves son ya 16 las víctimas mortales y 61 los heridos, según informó Isaac Pimentel, jefe policial desplazado al distrito de Huanuni, 230 kilómetros al suroeste de La Paz. Sin embargo, el defensor del pueblo, Waldo Albarracín, elevó la cifra de fallecidos a 21. Los 500 policías enviados ayer por el Gobierno a Huanuni tardaron varias horas en imponer la paz.

Eran las cuatro de la tarde en Colombia (seis horas más tarde en la España peninsular) cuando los agentes tomaron de forma pacífica el cerro Posokoni y las partes enfrentadas decidieron iniciar el diálogo. Se trata del conflicto más grave que ha afrontado Evo Morales desde que asumió la presidencia el pasado enero.

Los altercados entre dos grupos de la mayor mina de estaño de Bolivia comenzaron el jueves tras una asamblea de trabajadores cooperativistas (autónomos) de la región -unos 4.000-, que decidieron tomar por la fuerza el conjunto de la rica mina de estaño del cerro Posokoni, propiedad de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol), que ocupa a 1.200 trabajadores.

Los cooperativistas pretendían una mayor participación en los recursos de la mina, la mayor del país y una de las más ricas del mundo, en momentos en los que los precios del metal han tenido fuertes alzas en los mercados internacionales.

Los yacimientos donde sucedió la sangrienta disputa minera representan casi un 60% de la producción de estaño de Bolivia. Y después de los hidrocarburos, suponen también los mayores ingresos de la balanza comercial del país.

Durante los enfrentamientos los dos grupos utilizaron cartuchos de dinamita lanzados con hondas y armas de fuego. El vicepresidente del Gobierno, Álvaro García Linera, acusó a los dos sectores de actuar violentamente "por la codicia" de controlar los yacimientos de estaño, que se han convertido en una "maldición", informa Efe.

"Depredadores"

Los cooperativistas mineros bolivianos, conocidos también como "depredadores", se propusieron el jueves repetir los avasallamientos de 2004, cuando ocuparon violentamente y desalojaron a los mineros empleados por la empresa de Caracoles, Colquiri, Sayaquiri, El Totoral y San Vicente, sin que nadie pudiese defenderles.

Los trabajadores de la empresa estatal Huanuni, a 4.000 metros de altura, producían estaño con la maquinaria y equipos modernos de extracción que dejó la anterior empresa británica que se marchó por incumplimiento de contrato. Tales equipos y maquinaria quedaron ayer severamente destrozados por la dinamita de los asaltantes rivales.

El propósito de controlar este yacimiento originó varios conflictos anteriores y, según el Gobierno, en los últimos cuatro meses no se lograron acercamientos en las 16 reuniones celebradas con las partes en conflicto.

Los yacimientos de Huanuni fueron descubiertos a comienzos del siglo pasado por el barón del estaño, Simón I. Patiño, y fue la mina que en los años treinta y cuarenta consolidó su cuantiosa fortuna. Tras su nacionalización en 1952, la veta seguía produciendo mineral, aunque nunca se hicieron nuevas prospecciones.

Hasta 1985, su producción fue uno de los soportes de la economía boliviana. Ese año se produjo una estrepitosa caída de los precios en el mercado internacional y el Gobierno se vio obligado a despedir a miles de trabajadores de los centros mineros de la estatal Comibol.

Huanuni fue licitada y una empresa india suscribió un acuerdo de joint venture (empresa mixta) con la Comibol, pero el negocio no prosperó. En 1999, la quebrada Allied Deals, de Reino Unido, suscribió otro contrato de operaciones que fue también incumplido.

Las concesiones fueron revertidas a Comibol, pero los cooperativistas dicen que han logrado un poder de la empresa británica para operar en la mina, y no se ha llegado a establecer la realidad jurídica de estas afirmaciones. El creciente número de desocupados del sector determinó que muchos de ellos se incorporaran a las filas del cooperativismo, que suma ahora unos 67.000 afiliados.

Bolivia es, junto a China, Indonesia, Perú y Brasil, uno de los mayores productores de estaño del mundo, un mineral muy utilizado en centenares de procesos industriales.