Mercado mejorable
El desempleo en España sigue descendiendo a ritmo notable, un indicio fiable de que la economía crece, las empresas obtienen beneficios crecientes y se crea empleo. En septiembre de este año, según el Instituto Nacional de Empleo, el paro descendió en 17.511 personas, el triple que en septiembre de 2005. El mercado laboral de la construcción
aportó una rebaja de 12.000 parados y este hecho bastaría para describir cuál es el motor del crecimiento de la economía española. Jesús Caldera, ministro de Trabajo, se felicitó de una caída tan profunda del paro y también del elevado número de contratos fijos: nada menos que 200.688, el 12% del total de contratos firmados. Así que también la reforma laboral reciente está cumpliendo satisfactoriamente los objetivos. Este año se cerrará con dos millones de nuevos contratos fijos, según las expectativas oficiales.
El desempleo dejó de ser un problema angustioso para la economía española años atrás. Por tanto, la calidad del mercado de trabajo no debe medirse ya en términos de volumen de paro (según el Inem, hay 1.966.166 parados) sino en valoraciones más segmentadas, por ejemplo, en términos de temporalidad; pero, aunque la tasa de contratos temporales en España sigue siendo muy elevada, resulta que el ritmo de crecimiento de los contratos fijos está acelerandose y cabe suponer que está en vías de solución o, al menos, de alivio.
Pero otro indicador de la calidad del mercado de trabajo, el empleo femenino, se resiste a mejorar. En las cuentas de septiembre, el paro de las mujeres sólo descendió en 1.888 personas, ocho veces por debajo de la reducción contabilizada en el desempleo masculino. Es un problema social grave, por muchas razones. Los agentes económicos y el Gobierno deberán prestarle más atención.
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