"Pagar un alquiler sale casi tan caro como una hipoteca"
Leire Saiz, de 29 años, maestra de profesión, y su pareja Iker Armentia, también de 29 años y licenciado en Derecho, llevan desde diciembre viviendo de alquiler en un piso de 48 metros cuadrados ubicado en una de las calles nobles de Vitoria. Su casa está situada en la calle Fueros, en pleno centro de la ciudad. No era su primera opción, pero las circunstancias les llevaron hasta allí. "Estuvimos durante dos años en una casa de alquiler en el pueblo de Aperregi con mi hermano y su hija, pero decidimos venir a Vitoria", recuerda Armentia.
Desde ahí, se inicia su búsqueda. "No buscábamos una zona tan céntrica, sino por nuestro barrio [San Cristóbal] o el Casco Viejo, pero en nuestro barrio está todo muy caro porque está en la zona de las universidades. Todo lo que había eran pisos grandes a compartir con varios estudiantes. Las viviendas pequeñas resultaban muy caras", dice ella.
Su siguiente paso fue buscar en el Casco Viejo. "Vimos algunos", señala Armentia, "pero nos gustó éste. Por el mismo precio y con contrato, nos decantamos por el de la calle Fueros". El alquiler asciende a 600 euros mensuales más otros 30 de gastos de comunidad. A ello hay que sumar el aval bancario, que "es una cruz", se quejan al unísono ambos. Esa "cruz" se paga trimestralmente y es un contrato de seguro que los inquilinos suscriben con el dueño del piso.
Saiz ha logrado este año un empleo como profesora, mientras que su pareja trabaja habitualmente en la campaña de la Renta de la Diputación de Álava y de continuo en el despacho de su padre, dedicado a la asesoría de empresas. Por ahora, sus ingresos no les permiten aspirar a comprar un inmueble en propiedad. "Vivimos de alquiler básicamente porque no estamos dispuestos a pagar el dinero que piden por los pisos libres", explica ella. "Ni lo tenemos, ni visos de tenerlo de momento", apostilla él.
A ambos les gustaría vivir toda la vida de alquiler, pero siempre que fuese asumible, pagando sobre los 300 euros mensuales. "No tenemos un especial interés en ser propietarios. El problema es que cuando un alquiler te viene a suponer un 20% menos de lo que sería una hipoteca te preguntas si estás tirando el dinero y te das cuenta de que pagar un alquiler sale casi tan caro como una hipoteca", reflexiona Armentia.
En opinión de ambos, la Administración ha pensado muy poco en otras experiencias europeas, donde ser propietario no está al alcance de todos y se han buscado otras vías. "Todo lo queremos arreglar con caramelos [por los sorteos] y al que le toca el caramelo bien y al que no, pues sigue igual de fastidiado. El problema no desaparece. Y digo esto, pero ojalá nos toque porque lo agradeceremos".
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