Inmigrantes con visado
Las empresas españolas han contratado este año a 116.000 trabajadores extranjeros en sus países de origen
Los inmigrantes se han convertido en una solución para el mercado laboral español. Son ya 1,8 millones de trabajadores que en muchos casos están dispuestos a asumir tareas que los nacionales desprecian. Las empresas quieren más. Ante la dificultad de encontrar determinados perfiles profesionales en España, cada vez más compañías están dispuestas a ir a otros países a buscar empleados y traerlos con un contrato de trabajo bajo el brazo. Lo han hecho El Corte Inglés, Grupo Vips y Eulen, entre muchas otras. En los seis primeros meses del año llegaron por esta vía, que aplaude el Gobierno como alternativa a la inmigración irregular, 116.000 trabajadores.
Sólo a través del contingente llegaron en el primer semestre 47.576 empleados, casi un 28% más que en todo el año 2005
En los restaurantes de la cadena Vips es habitual que atiendan las mesas camareros con rasgos y acentos de otros países. Es evidente que el grupo, que tiene 8.900 empleados, hace tiempo que vio en los inmigrantes la solución de sus problemas para encontrar personal con el que hacer frente a una fuerte expansión. En los últimos seis años los extranjeros han pasado de ser el 9% de la plantilla al 57%.
"La hostelería, por diferentes motivos, no es un trabajo atractivo para los españoles", explica Miguel Ángel García Andrés, director general de Recursos Humanos de Vips. A este hecho se han unido en los últimos años razones demográficas para explicar el aumento del número de trabajadores inmigrantes. En Vips y en otras muchas empresas españolas de hostelería, distribución y servicios de todo tipo.
Pero si hace unos años estas compañías fichaban inmigrantes en el mercado nacional, en los últimos tiempos han ido más lejos. A buscarlos en sus países. Grupo Vips, uno de los pioneros, lo ha hecho desde 2001 y ha incorporado de esta forma a más de 3.000 inmigrantes. En estos momentos tiene procesos activos en Colombia, Perú, Bolivia, Rumania y Marruecos, así como un programa piloto en Argentina y otras acciones en Ecuador y República Dominicana.
Proceso de selección
El Corte Inglés tampoco escapa de esta tendencia. El gigante de la distribución tiene 3.700 trabajadores nacidos fuera de España (3,7% de la plantilla). Aunque muchos residían en España, el grupo también ha llevado a cabo procesos de selección en Colombia, Ecuador, República Dominicana y Perú, y prepara otro en Venezuela.
A través de estos procesos la compañía de Isidoro Álvarez ha incorporado técnicos de cobro; pescaderos y carniceros; cocineros y camareros; operarios de almacén y reponedores; mecánicos y técnicos de mantenimiento. Y es que aunque los perfiles no cualificados son los más difíciles de cubrir en España, también hay algunos puestos técnicos que escasean, confirma César Castel, director del Programa Inmigrante de Adecco. Como soldadores, técnicos de mantenimiento, informáticos o médicos.
La empresa de trabajo temporal trabaja, a través de sus filiales, en cuatro países de forma preferente: Argentina, Colombia -de donde acaban de llegar 13 médicos-, Polonia y Rumania. Y estudia la posibilidad de hacerlo también en una región de Ecuador con fuerte presencia de la industria del plástico. En lo que va de año ha seleccionado a unos 60 inmigrantes de esta forma y Castel calcula que llegarán a los 300 antes de fin de año y serán unos 2.000 el que viene.
Las razones de todas estas compañías para dar el salto al exterior en sus procesos de selección es la imposibilidad de encontrar candidatos en España y porque supone "apostar por una vía legal de contratación", resume el responsable de Recursos Humanos de Vips. El Gobierno fomenta estas contrataciones porque pueden ayudar a frenar la inmigración irregular.
Cuando una empresa da el paso de buscar empleados en otro país puede tomar dos caminos. El primero es el contingente de trabajadores extranjeros, que aprueba cada año el Gobierno en función de las necesidades laborales de cada comunidad autónoma. Por esta vía han llegado en los seis primeros meses del año 47.576 trabajadores, lo que supone casi un 28% más que en todo 2005 (ver cuadro). El número de solicitudes ascendió a 56.759.
La otra vía para traer trabajadores extranjeros es a través del régimen general. En este caso las empresas se dirigen al Inem y si el servicio público de empleo no es capaz de proporcionarles candidatos nacionales pueden iniciar el proceso. El 35% de los 68.426 inmigrantes que han llegado por esta vía a España lo han hecho acogiéndose al llamado catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, que se configura por provincias y se actualiza de forma trimestral. Es el caso de médicos, encofradores o camioneros, en el caso de Barcelona, o electricistas industriales, reponedores de hipermercado o limpiadores en Madrid, por poner sólo dos ejemplos.
Es lo que hizo el año pasado por primera vez el Grupo Eulen, que contrató a 66 limpiadores en Colombia y que ahora busca perfiles socio-sanitarios en Perú y estudia la posibilidad de contratar personal de atención geriátrica en Filipinas.
Ocho países
Los países son siempre los mismos. Países con problemas de paro, pero una formación profesional buena. España tiene convenios que ordenan los flujos migratorios laborales con ocho países: Bulgaria, Colombia, Ecuador, Marruecos, Polonia, República Dominicana y Rumania.
La selección no tiene por qué ser lenta: "Todo el proceso se puede hacer en tres meses", calcula Castel. Pero sí resulta más cara. Los inmigrantes vienen con un contrato estable -en el caso de Vips y Eulen son de carácter indefinido- y la empresa suele desplazar personal de recursos humanos para hacer la selección. En Adecco calculan que el sobrecoste que paga una empresa supone el 10% de la retribución anual del empleado. García Andrés añade un dato más, los impuestos: "Pagamos 180 euros por persona contratada en origen sólo en impuestos y cuando renueva el permiso, otros 70 euros", asegura.
La ventaja es que los empleados vienen ya con sus papeles en regla y un contrato de trabajo estable. El precio del viaje suele correr de su cuenta.
Si el mercado laboral español no cambia de forma drástica, la tendencia parece que está sólo al comienzo. "No tengo ninguna duda de que el fenómeno va a continuar", asegura contundente Alfonso Gordon, responsable de Recursos Humanos de Eulen. En el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales parecen estar de acuerdo. No sólo estudian la posibilidad de llegar a cerrar convenios con países que hoy alimentan los flujos de la inmigración irregular, como Senegal o Guinea-Bissau. La previsión de inmigrantes contratados en su país de origen este año asciende a 200.000.
Los extranjeros también hacen carrera
El 80% de los inmigrantes contratados en origen trabajaba en su país cuando fue tentado por una empresa española, según los datos de la multinacional de trabajo temporal Adecco. Es decir, que las empresas tienen que atraerles con algo más que un contrato de trabajo. En palabras de Miguel Ángel García Andrés, responsable de Recursos Humanos de Vips: "ya no necesitamos manos, sino talento".
Vips puede servir de ejemplo. Los inmigrantes que llegan de otros países para trabajar en los restaurantes o tiendas de alguna de las seis cadenas que forman el grupo son recibidos en el aeropuerto o en la estación por personal de la empresa. Además, reciben un manual de integración que les ayuda a familiarizarse con su puesto y con su nueva vida en un país que suele ser muy diferente del suyo.
Desde este año, además, pueden acogerse al programa Brazos Abiertos, que tiene dos patas fundamentales: empleados del grupo se ofrecen para servir de guía a sus nuevos compañeros -se han apuntado unos 110 voluntarios- y una bolsa de vivienda sólo para la plantilla y vetada a inmobiliarias. El resultado de estas iniciativas es una tasa de retención muy alta -"son anecdóticos los casos de abandono"- y un dato alentador: el 50% de los equipos gerenciales de Vips son inmigrantes.
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