La Bolsa logra el máximo más esperado
Eléctricas, constructoras e inmobiliarias llevan al Ibex 35 a un nuevo récord tras seis años y medio
El Ibex 35 ha batido esta semana sus máximos históricos. El principal índice de la Bolsa española ha superado los niveles conquistados en marzo de 2000, en pleno apogeo de la burbuja tecnológica. En toda la historia del Ibex 35, nunca el índice había tardado tanto tiempo como ahora en batir su máximo, seis años y medio largos. Desde el estallido de la burbuja, el mercado había encadenado una serie de crisis (escándalos empresariales, segunda oleada de la crisis tecnológica, devaluación del peso argentino y del real brasileño, ofensiva terrorista en Estados Unidos...) que se habían traducido en la mayor caída de la Bolsa desde la transición. Eléctricas, inmobiliarias y constructoras protagonizan el nuevo máximo.
La caída de la Bolsa tras la burbuja tecnológica fue la mayor desde la Transición, cuando el mercado perdió el 90% en términos reales
Un máximo histórico en la Bolsa siempre es motivo de alegría, casi de euforia, para los inversores, especialmente si llega tras una espera tan larga como la de estos últimos seis años y medio. Pero hay una forma pesimista de ver lo que supone la conquista del nuevo máximo: los inversores que entraron en el mercado en marzo de 2000 sólo ahora han culminado su azarosa travesía del desierto y empiezan a hacer realidad eso de que en Bolsa, a largo plazo, siempre se gana.
Esa es, de nuevo, una verdad a medias. No ganarán nunca quienes invirtieron en plena burbuja en Terra o Jazztel y están muy lejos de hacerlo quienes apostaron por Telefónica, pero, en su conjunto, el Ibex 35 ha superado los niveles de entonces. El viernes llegó por un momento a asomarse tímidamente por encima de los 13.000 puntos, lo justo para que los operadores más atentos lo vieran en la pantalla durante sólo unos segundos.
El índice general de la Bolsa de Madrid, que incluye una muestra más amplia de valores, ya había superado hace tiempo su propio máximo. En el Ibex, sin embargo, tenían un peso enorme en el momento de la burbuja los valores tecnológicos, de modo que la herida era más profunda y ha tardado más en cicatrizar.
La oleada de crisis que sacudió al mercado tras el estallido de la burbuja tecnológica provocó un descenso del 59,4% en el Ibex en el plazo de dos años y medio. Esa caída desde máximos es la mayor de la Bolsa española desde el derrumbe sufrido entre 1974 y 1980, cuando a la incertidumbre derivada de la Transición se unió el enorme impacto sobre la economía mundial de las dos crisis del petróleo. El índice general de la Bolsa de Madrid cayó en torno al 75% en un periodo de inflación de dos dígitos. En términos reales, la Bolsa llegó a perder en una década el 90% de su valor. La recuperación de los niveles previos tardó casi 12 años y se frenó en seco con el crash bursátil de la Bolsa de Nueva York de octubre de 1987.
La Bolsa ha convivido desde entonces con sucesivas crisis de carácter agudo. La recuperación del crash de 1987 tardó seis años en llegar. Menor duración tuvieron otros episodios con grave impacto en los mercados como la invasión de Kuwait por Irak, el no danés en el referéndum sobre el Tratado de Maastricht de junio de 1992 o la crisis financiera internacional de julio de 1998, en la que el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan -que antes había criticado la "exuberancia irracional" de los mercados- acudió al rescate de los inversores para evitar que la caída bursátil contagiase a la economía real.
En los años 2000 a 2002 hubo mucho más que una crisis aguda. El descenso de la Bolsa fue el resultado de una concatenación de crisis. El estallido de la burbuja tecnológica en dos fases sucesivas, la crisis de las telecomunicaciones tras el fiasco a corto plazo de la tecnología UMTS, los escándalos empresariales que quebraron la confianza de los inversores (Enron, Worldcom...), la desaceleración económica en Estados Unidos y Europa, los ataques terroristas en Estados Unidos y, especialmente en el caso español, la crisis argentina y la depreciación del real brasileño, formaron un cóctel cuyo efecto combinado supuso un enorme retroceso bursátil que se extendió durante dos años y medio.
La recuperación ha sido algo más lenta que la caída, pero ha permitido lograr jugosas rentabilidades. Son pocos los valores que no han duplicado o triplicado su cotización desde los mínimos que marcaron en plena crisis. La Bolsa va camino de cerrar su cuarto año consecutivo de fuerte subida, con una rentabilidad media anual cercana al 25% si se cuenta no sólo la revalorización sino también los dividendos, que se han disparado hasta niveles récord gracias a los beneficios históricos de las empresas.
Líder en el mundo
En lo que va de año la rentabilidad del Ibex 35 es ya superior al 20%. Exceptuando los mercados emergentes o alguno de tamaño muy reducido, no hay plaza bursátil más rentable que la española, que se ha destacado aún más en septiembre con un ascenso mensual del 6,5%.
El 20,5% de subida anual del Ibex casi duplica al 11% del CAC 40 francés, del DAX alemán, del SMI suizo o del AEX holandés y triplica de largo el 6% de subida de la Bolsa de Londres, la principal de Europa. Para un inversor estadounidense la ganancia es aún mayor, puesto que a la subida de las cotizaciones se une la revalorización del euro. Así, el Ibex 35 gana en dólares un 29% en lo que va de año, más del triple que el 9% del fastuoso Dow Jones de Industriales o más del cuádruple del 7% del Standard & Poor's 500, por no compararlo con el 2,4% del tecnológico Nasdaq.
Operaciones corporativas
La conquista de los nuevos máximos históricos ha llegado de la mano de las operaciones de fusiones y concentraciones. El número e importe de las ofertas públicas de adquisición (OPA) presentadas este año va a pulverizar todos los récords. Las grandes operaciones corporativas se han concentrado en dos sectores: el energético y el constructor-inmobiliario.
Valores de esos sectores encabezan la clasificación de rentabilidad en lo que va de año. Metrovacesa, con un 85,5%, y Sacyr Vallehermoso, con un 80,5%, se sitúan a la cabeza. Le siguen las dos grandes eléctricas, pese al respiro de los últimos dos días. Iberdrola avanza un 52,9% gracias en parte a la entrada en su capital de ACS, la constructora presidida por Florentino Pérez que se revaloriza un 37,5% en el año. Endesa, por su parte, avanza un 51% en plena guerra de ofertas por su control. La entrada en escena de Acciona con la compra de un 15% (del que un 5% lo tiene aparcado en el Santander) ha provocado la repuesta de la alemana E.ON, que ha anunciado el propósito e elevar su oferta hasta 35 euros por acción cuando ésta sea aprobada y tenga la ocasión de hacerlo.
La subida de la Bolsa no es aún mayor porque los tres grandes valores no están en los puestos de cabeza. BBVA sube un 21%; Santander, un 12%, y Telefónica un 7,5%, pese a lo cual esta última es una de las mejores entre las grandes compañías de su sector. En los últimos puestos del índice están las compañías de comunicación.
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