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Un intento de soborno acentúa la crisis de Gobierno en Polonia

Un consejero del primer ministro ofreció un cargo a una diputada a cambio de su voto

La crisis del Gobierno derechista polaco, desencadenada la pasada semana, vivió ayer una jornada trepidante después de que una televisión emitiera imágenes del principal consejero del primer ministro, Jaroslaw Kaczynski, tratando de convencer con sólidas razones (un puesto en el Gobierno y el pago de la multa por transfuguismo político) a una diputada del partido Autodefensa, formación que el pasado viernes fue expulsada de la coalición.

El escándalo se enraíza en una contradicción: la promesa de Kaczynski de acabar con la corrupción y la práctica de oferta de cargos públicos a cambio de apoyo político. Las imágenes, rodadas con cámara oculta por la parlamentaria tentada, Renata Beger, muestran a Adam Lipinski, jefe de Gabinete del primer ministro, ofrecerle el cargo de secretaria de Estado de Agricultura y garantizarle el abono de la multa (de 125.000 euros) a la que sería condenada por su partido, el populista de izquierda Autodefensa, por transfuguismo.

En una escena se ve a Beger preguntando a Lipinski qué cabe esperar del Gobierno. "Secretaria de Estado en Agricultura. ¿Te parece?", responde el emisario gubernamental. "No hay problema, ya sabes que tenemos muchos puestos que cubrir". En otro momento la parlamentaria manifiesta su temor a la multa. "Sí, estamos pensando en crear algún tipo de fondo", le tranquiliza Lipinski.

El partido Ley y Justicia de Kaczynski, con 154 diputados en una Cámara baja de 460, acabó el viernes con cuatro meses de precaria coalición al expulsar al jefe de Autodefensa y viceprimer ministro, Andrzej Lepper, que se había convertido en una fuente de problemas para el jefe del Gobierno, la última con respecto al presupuesto (quería más dinero para objetivos sociales, frente a la firmeza de Kaczynski en mantener el déficit en el 2,9%, por debajo del límite exigido por Bruselas) y a la decisión de enviar un millar de soldados a Afganistán sin consultar con el Parlamento.

La ruptura con Autodefensa dejó a Kaczynski sin el apoyo parlamentario suficiente y de inmediato comenzó la frenética búsqueda de los apoyos necesarios. El propio Lepper, un personaje de armas tomar, acusó entonces a Kaczynski de corrupción por intentar comprar la voluntad de varios de sus 54 diputados. Cinco dieron el salto aquel día de Autodefensa a Ley y Justicia, pero el quinteto y otros parlamentarios cazados a lazo entre independientes, minoritarios y expulsados de diversa laya de unos y otros partidos no fueron suficientes para recuperar la mayoría que permita la estabilidad gubernamental que desea Ley y Justicia. Sigue en el Gabinete la ultraderechista Liga de las Familias Polacas, con 29 escaños.

La emisión de las imágenes por el canal TVN provocó ayer un intenso cruce de acusaciones, con la oposición reprochando al Gobierno que recurra a prácticas de corrupción mientras se jacta de ser un Gabinete de alta moral dispuesto a limpiar la escena política nacional. El jefe del grupo parlamentario de Ley y Justicia replicó que eran conversaciones naturales con una parlamentaria y que si algo había era una gran provocación de la oposición liberal y de izquierda para boicotear, precisamente, los intentos del Gobierno de Ley y Justicia de sanear Polonia.

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Waldemar Pawlak, líder del Partido Agrario, con 25 diputados, suspendió las negociaciones que iba a mantener con Ley y Justicia y exigió a Kaczynski que se explicara, lo que el primer ministro pensaba hacer anoche por televisión.

El descubrimiento del juego sucio dificultará más los esfuerzos del primer ministro de conseguir una mayoría suficiente. Kaczynski aseguró la pasada semana que si no logra los apoyos necesarios convocará elecciones a finales de noviembre, tres años antes de que concluya la legislatura.

Bruselas ve con preocupación la inestabilidad que se está apoderando de los países de Centroeuropa.

El presidente polaco, Lech Kaczynski (izquierda) junto al primer ministro y hermano gemelo, Jaroslaw.
El presidente polaco, Lech Kaczynski (izquierda) junto al primer ministro y hermano gemelo, Jaroslaw.REUTERS

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