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Irán y la UE buscan en Berlín una solución al conflicto nuclear

Javier Solana, en nombre de la diplomacia europea, y el negociador nuclear iraní, Alí Lariyaní, se reunieron ayer en las afueras de Berlín para amarrar detalles con vistas a una eventual negociación encaminada a suspender el enriquecimiento de uranio por parte de la República Islámica. Fuentes de la delegación europea subrayaron que lo importante de la cita era que se hubiese producido y que siguieran las conversaciones entre ambas partes.

La reunión de ayer estuvo precedida por dos jornadas de trabajo de expertos en las que según fuentes comunitarias, que ofrecían la mejor cara ante magros resultados, hubo "muy lentos avances". Ello bastó para que fueran consideradas "positivas". Es la línea en que abundó el ministro de Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki: "Como hay una atmósfera de entendimiento entre la República Islámica y Europa, podemos ser optimistas".

La de ayer fue la segunda vez que en un mes se ven Solana y Lariyaní, en esta ocasión con el objetivo de desbrozar el camino para una negociación. "Lo fundamental es la suspensión del enriquecimiento de uranio, porque es difícil que haya negociación con ese tipo de actividad", señaló la fuente europea. Se trata por ahora de encontrar el modo que permita a ambas partes decir que han conseguido lo que buscaban sin haber cedido a las demandas de la otra.

Es un proceso de exasperante lentitud cuyo tempo los iraníes dominan magistralmente. Y ello sin dar su brazo a torcer. "Nos dicen que suspendamos el enriquecimiento, aunque sea por un solo día, aunque sea sólo por motivos técnicos, para que así podamos mantener negociaciones", dijo ayer el presidente Mahmud Ahmadineyad en una conferencia en su país. "Pero nuestra respuesta es que nadie tiene el derecho a renunciar al derecho de una nación".

Abastecimiento ruso

La reunión de Berlín se produjo a las 24 horas de que Moscú y Teherán cerraran el acuerdo para el aprovisionamiento nuclear y la puesta en marcha de la central de Bushehr. Rusia proporcionará en marzo de 2007 las 80 toneladas de combustible nuclear necesario para que la planta comience a funcionar exactamente dentro de un año y produzca electricidad comercializable a partir de noviembre de 2007.

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En todo el conflictivo proceso de la nuclearización iraní, Moscú mantiene una guardada distancia por sus fuertes intereses económicos en el país. Aunque es aliado de Irán, Teherán echa de menos una mayor implicación rusa en sus planes energéticos. Reprocha a Moscú que la construcción de Bushehr haya sido sospechosamente lenta.

Los países europeos que tratan de buscar un acuerdo con Irán temen que este país pueda desviar combustible nuclear de la central de Bushehr para su programa de enriquecimiento de uranio para usos militares. Moscú ha aplacado esos temores occidentales acordando con Irán el envío a Rusia de los residuos nucleares.

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