Los impuestos de tabaco y carburantes subirán en 2007
Las rebajas del IRPF y de los pagos de las empresas costarán 4.000 millones de euros
Los contribuyentes deben prepararse para afrontar subidas de impuestos en dos productos que despiertan especial sensibilidad entre los ciudadanos: el tabaco y los carburantes. Aunque ninguna de las subidas se incluye en los Presupuestos de 2007, el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, dejó caer durante la presentación del proyecto que el encarecimiento vendrá, y pronto. "Tendrá que producirse en su momento", señaló Solbes para zanjar la cuestión.
Ese momento queda, en cuestión de hidrocarburos, bastante cercano. La Unión Europea ha obligado a España a elevar la fiscalidad sobre los carburantes, pues la carga fiscal es de las más bajas del entorno comunitario. El plazo que le concedió para hacerlo expira el año próximo, por lo que lo más probable es que el Gobierno no tarde en aplicarlas. "Tenemos que llegar a los mínimos", argumentó el ministro.
Más compleja es la cuestión del tabaco. Tras las sucesivas subidas de impuestos aplicadas principalmente a principios de año, el Ejecutivo no está satisfecho. El consumo no se ha resentido tanto como esperaba, por lo que es probable que se encarezca aun más. "No descarto que volvamos a subir precios", indicó vagamente el ministro, que no quiso concretar cuándo.
El único impuesto especial que de momento no parece amenazado es el que grava el consumo de alcohol, aunque Solbes no dijo expresamente que haya renunciado a elevarlo.
A la espera de las posibles subidas en los impuestos especiales, lo que sí está garantizado es una rebaja en el impuesto sobre la renta y en el de sociedades (el que pagan las empresas por sus beneficios). El tipo máximo del impuesto sobre la renta bajará del 45% actual al 43%, con una mejora de las cantidades que el contribuyente se deduce por ser persona y por trabajar. Esos mínimos vitales estarán exentos de tributación y el resto de las cantidades hasta el tramo más bajo tributará al 24% (ahora el tipo mínimo es el 15%). Para el ahorro sube el tipo aplicable del 15% al 18% y se simplifica toda la tributación. Los cambios comenzarán a percibirse en 2007, con las retenciones en las nóminas aplicando las nuevas tablas, aunque no será hasta 2008 cuando se presente la declaración de la renta según la nueva norma.
En el impuesto de sociedades, baja del 35% al 32,5% el tipo general (en 2008 llegará al 30%). Las pymes tendrán ya desde 2007 la reducción completa prometida: hasta el 25%. La mayoría de las deducciones se irán eliminando progresivamente para lograr un impuesto más simple.
La reforma fiscal supondrá durante 2007 una merma de ingresos para la Administración (y un ahorro para los contribuyentes) de 4.000 millones de euros. Esa pérdida de recaudación se refleja en las previsiones de ingresos para el año próximo. Tras varios años en los que el conjunto de los ingresos ha estado disparado, los provenientes de impuestos avanzarán en 2007 un 6,4%, unas décimas por debajo del crecimiento nominal (sin descontar la inflación) de la economía.
La renta se resiente
El elemento que más se resiente de la reforma fiscal es el ingreso por IRPF.
Pese a todo, la buena situación económica permite que el empleo siga creciendo y que siga aumentando el número de trabajadores que pagan IRPF. Este tributo logrará recaudar un 3,5% más en 2007 respecto a este año. De no haber sido por la rebaja fiscal, avanzaría más de un 7%, según Solbes.
El impacto de la reforma se notará menos en lo que el Estado ingresa por el impuesto de sociedades. Hay dos motivos. El primero es que el pago de este tributo tiene un decalaje que traslada al año que viene una parte del pago correspondiente a este año, cuando aún no existe rebaja fiscal. Por otra parte, los beneficios empresariales están tan disparados que, aun con la reforma, la recaudación seguirá aumentando dos dígitos.
También el IVA se comportará de forma menos dinámica que este año, con crecimientos que suponen la mitad de lo que ha avanzado en 2006. La previsión obedece a que el año próximo perderán fuerza el consumo y la inversión, motores de la economía española, a favor de una mejora del sector exterior. Y el IVA es un impuesto esencialmente ligado al consumo. Lejos de lamentarlo, Solbes celebra esta tendencia, que proporcionará un crecimiento "más sano" a la economía.
CAMBIO DE TENDENCIA
- La Unión Europea obliga a España a aumentar el impuesto sobre los hidrocarburos, ya que éste se sitúa entre los más bajos del entorno comunitario. El plazo máximo fijado por Bruselas para aplicar la subida expira el año próximo
- El IVA avanzará de forma menos dinámica debido a que en 2007 perderán fuerza el consumo y la inversión, principales motores de la economía. Solbes espera que esto produzca un crecimiento más sano en el futuro
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