Un familiar sofisticado e innovador
El C4 Picasso es el nuevo monovolumen compacto de referencia, el modelo a superar por la competencia. Este familiar de espíritu ambicioso e innovador sorprende por su calidad, practicidad y sofisticación tecnológica, y puede marcar un cambio en la imagen de Citroën como fabricante popular.
El nuevo Picasso tiene una línea atractiva, siete plazas y muchos detalles que facilitan la vida a bordo. Cuenta también con motores modernos, cambios secuenciales de seis marchas, un buen equipo de seguridad (siete airbags y ESP de serie) y aportaciones innovadoras, unas de serie (cambio en el volante o parabrisas panorámico) y otras opcionales (suspensión neumática o medidor de espacio para aparcar). Con estas armas se sitúa como el monovolumen compacto más avanzado. El rival de los Zafira y Grand Scénic llega en octubre con unos precios estimados entre 22.000 (1.8 16v.) y 28.000 euros (2.0 HDi 138 CV).
Estética cuidada y cuatro motores
La carrocería del Picasso mide 4,59 metros y tiene personalidad. Destaca el frontal, con la nueva parrilla, un parachoques liviano bien elaborado y un parabrisas adelantado que define una línea fluida y aerodinámica (CX: 0,31). El lateral es original, con aletas resaltadas y un techo en arco que desciende por detrás e integra el portón. En la zaga, los pilares de chapa han dejado paso a unos pilotos luminiscentes (leds) que unen la luneta y las ventanillas traseras.
El interior, muy bien acabado e insonorizado, transmite calidad. Aporta un salpicadero vanguardista, siete plazas individuales muy modulables y un maletero enorme: desde 576 litros (cinco plazas) hasta 1.951 (dos). Sorprende, además, por la dotación de huecos, con tres guanteras en el salpicadero, un cofre nevera de 5,4 litros...
La gama incluye cuatro motores, dos de gasolina, 1.8 (127 CV) y 2.0 (143 CV), y dos 2.0 turbodiésel (110 y 138 CV). Pero lo más interesante y arriesgado son los cambios, porque salvo la versión 1.8, el resto viene de serie con un manual robotizado de seis marchas (sin pedal de embrague) que funciona en modo automático o secuencial, con pulsadores en el volante. Esta caja reúne lo mejor de las manuales y las automáticas, y sus ventajas se aprecian en pocos kilómetros, pero puede provocar cierto rechazo entre los clientes españoles, reacios a los cambios automáticos y a probar su coche antes de comprarlo. Por lo demás, el motor 1.8 y el 2.0 HDi 110 se venden también con un manual de cinco marchas, y el 2.0 de gasolina, con un automático de cuatro, tan anticuado como prescindible.
El Picasso refuerza sus argumentos con un completo equipo de serie. Hay tres acabados, LX Plus, SX y Exclusive: todos incluyen siete airbags, ABS, ESP, ordenador de viaje, aire acondicionado, parabrisas panorámico, freno de mano automático, radio-CD... El SX añade climatizador, sensores de lluvia y faros, MP3 y otros detalles. El superior incluye suspensión neumática, sensores de aparcamiento y presión de ruedas.
SIETE PLAZAS MUY MODULABLES
LAS SIETE PLAZAS del Picasso son individuales, con las tres de la segunda fila iguales y regulables en longitud e inclinación, y están pensadas para variar la configuración con el mínimo esfuerzo. Las dos filas traseras se pliegan tirando de una cinta y quedan ocultas bajo el piso. Y el acceso a la tercera, apta sólo para niños, es cómodo: la banqueta lateral de la segunda fila se pliega hacia arriba, como en los cines, y la butaca se desliza sola hacia delante.
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