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El Consell promete subir un 16% el gasto en sanidad y educación

Camps compara su gestión con la del último gobierno de Lerma

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se comprometió ayer a subir las partidas dedicadas a educación y sanidad en un 15,9% en el proyecto de presupuestos de 2007, el último antes de las elecciones autonómicas. Camps compareció ayer junto a sus consejeros de Sanidad, Economía, Educación y Universidad para comparar su gestión con la del último gobierno socialista de Joan Lerma de 1995.

"El gasto de la Generalitat en educación y sanidad es el 70% del presupuesto. En 1995 era del 65%. Hemos crecido cinco puntos porcentuales", sentenció Camps. El jefe del Consell reunió ayer a los altos cargos de las consejerías cuyas políticas tienen que ver con la educación y la sanidad para pedirles que se pongan las pilas en lo que queda de aquí hasta las elecciones.

Camps buscó un símil con el que comparar sus iniciativas con las que plantea la oposición y recurrió al papel impreso. "Desde la Generalitat todos los días ponemos en marcha políticas que llenan los libros de texto y no los cómics; con bases ciertas, con datos ciertos", dijo Camps.

Para el presidente, el PP hace propuestas serias como libros de texto, no cómics "que distraen y de vez en cuando divierten, pero eso no es serio". Camps aseguró que sus políticas se pueden cuantificar en dinero y que el Consell tiene "una ambición sin igual al servicio de los valencianos".

Previamente a la intervención de Camps, intervinieron los cuatro consejeros: el de Universidad, Justo Nieto; el de Sanidad, Rafael Blasco; el de Educación, Alejandro Font de Mora; y el de Economía, Gerardo Camps.

Y fue Font de Mora el que, tras anunciar que iba a soltar una retahíla de "datos conocidos, pero no por conocidos menos impactantes", se encargó de poner nombre y apellidos a la oposición a la que, minutos después, descalificaría de manera global el presidente de la Generalitat. Font de Mora se llegó a escandalizar de que la oposición socialista cuestione sus datos. "No sé cómo el señor Pla se atreve a cuestionar la ratio por alumno", dijo el consejero de Educación, tras recalcar que hoy se atiende al mismo número de alumnos que en 1995 pero con casi 14.000 profesores más.

Todos los consejeros se encargaron de comparar sus cifras, porcentajes, y estadísticas con las del último gobierno socialista de Joan Lerma. Los miembros del gabinete popular se refirieron en varias ocasiones a indicadores de crecimiento y desarrollo registrados durante los gobiernos del PP, pero especialmente durante los tres últimos años presididos por Francisco Camps. Ejercicios en los que, de acuerdo con la retórica habitualmente utilizada en el PP, se han conseguido liderazgos sin igual.

El envoltorio es el mensaje

Camps compareció ayer en medio de un magnifico decorado. Cinco atriles de metacrilato, cada uno con su estilizado micrófono emergiendo de un proporcionado cartel azul marino con letras blancas. Más Sanidad, Más Formación, Más Comunidad, Más Educación y Más Universidad rezaban los letreritos. Detrás de cada micrófono, con pose de Ocean's 5, y con el presidente en el centro, los consejeros Blasco, Camps, Font de Mora y Nieto. Más atrás, hechos un pincel y en pose de foto de familia, docenas de altos cargos de la Generalitat alineados en distintas alturas y mirando al horizonte. Y sobre ellos un gran cartelón de letras blancas sobre fondo azul oscuro en el que se podía leer que la Generalitat invierte cada día 23 millones de euros en sanidad y educación.

Una vez todos en su sitio, el presidente de la Generalitat dio paso a los consejeros y su retahíla de datos. Luego resumió la filosofía del acto, descalificó a la oposición y formuló la promesa.

Fin. Sin preguntas. Sin respuestas. Nada que decir sobre la decisión del Consell de no solicitar en las Cortes la celebración del debate de política general. Nada que decir sobre la moción de censura que el líder de la oposición, el socialista Joan Ignasi Pla, anunció ayer que materializará en el Parlamento el próximo martes. Nada que decir respecto a la pugna que existe en el seno del PP por la candidatura a la alcaldía de Alicante. Y tampoco nada que decir sobre otras cuestiones. Ayer se trataba de que el jefe del Consell y los miembros de su gabinete presentasen una imagen impoluta, sin aristas, sin deslices y sin ninguna distracción que moviese el foco que se pretendía iluminar: que son un gobierno que sigue trabajando y que se preocupa de los ciudadanos sin interferencias externas. Seguramente, porque el presidente de la Generalitat se encuentra cada día más confortable en aquellos espacios en los que no hay que dar respuestas a preguntas incómodas.

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