Pasarela Cibeles

Por fin puedo escribirle para hacerle partícipe de la alegría y orgullo que me causa formar parte del país pionero en exigir un mínimo de peso en las modelos que van a desfilar en la Pasarela Cibeles. Como madre de una niña que está entrando en la adolescencia, para mí es muy tranquilizante que sus modelos de belleza sean mujeres con una apariencia sana y alcanzable. No comprendo a los detractores de esta medida. Y el hecho de que sea nuestro país el primero en implantarla debe ser un modelo de orgullo y no de controversia.

También me alegra que cada vez sean más las marcas que incluyan en sus spots publicitarios mujeres de un peso normal y no modelos extremadamente delgadas, que son a los que han intentado parecerse tantas niñas que ahora sufren las consecuencias de enfermedades tan terribles como la anorexia o la bulimia. Por mi parte, quiero decir a todos los responsables de este cambio gracias y adelante, y que espero que los demás países nos apoyen y sigan, en beneficio de la salud de todos, pero en especial de los adolescentes, por ser el grupo de edad más vulnerable.