Rajoy apoya la política "sensata" de Piqué como referente para el PP

El presidente del PP, Mariano Rajoy, se deshizo ayer en elogios hacia el catalán Josep Piqué, candidato a la presidencia de la Generalitat, de quien dijo que debe ser un "referente" para el partido por su "sensata" política y oposición al tripartito. Siguiendo su ejemplo, dijo, a partir de ahora sólo hablará "de los problemas reales de la gente" y obvió referirse al atentado de Madrid del 11-M, pese a las demandas de parte del auditorio, en un mitin en Viladecans.

Rajoy y parte de la cúpula nacional del PP (Alberto Ruiz Gallardón, Francisco Camps y Ana Pastor) asistieron ayer en la localidad barcelonesa de Viladecans al acto de presentación oficial de los candidatos populares para las elecciones autonómicas del 1 de noviembre. No estuvieron el secretario general, Àngel Acebes, ni el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, con quienes Piqué mantiene públicas divergencias por su duro estilo de oposición al Gobierno y cuya presencia en la campaña catalana será muy limitada.

El mitin de ayer fue una muestra del tono centrista que los populares catalanes quieren exhibir en esta campaña. Apenas dos banderas españolas ante una profusión de banderines del partido y unos discursos mesurados, sin apenas estridencias. Éstas, sin embargo, llegaron de entre el público, que, más allá de los típicos piropos, reclamó "más caña" contra los socialistas. Se oyó también algún que otro silbido, acallado repetidamente por los aplausos de la mayoría, contra el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.

Rajoy efectuó en su discurso, pronunciado ante unas 1.200 personas que desbordaron la capacidad del Àtrium de Viladecans, críticas al tripartito y al Gobierno central, sobre todo en materia de inmigración, y orilló conflictivos temas, como el de los atentados del 11-M, pese a que parte del auditorio, a voz en grito, reclamaba conocer lo sucedido. "Voy a hablar de los problemas reales de la gente", proclamó, siguiendo así, precisó, la forma de hacer "política y oposición" de Piqué en Cataluña. "Sois una referencia para gente de mucha España. Estamos aquí para respaldar a Piqué, para compartir su análisis del tripartito", afirmó.

No desentonó ni un momento del discurso de Piqué y, como éste, Rajoy apostó por pactar con Convergència i Unió tras las elecciones, aunque "sin cheques en blanco". "Algunos que ahora van muy chulos por la vida [en referencia al convergente Artur Mas, que ya ha descartado cualquer alianza con el PP] después nos tendrán que pedir determinadas cosas y nosotros también les pediremos ser Gobierno y tener responsabilidades para aplicar nuestras ideas, nuestras convicciones y nuestro programa", advirtió Piqué, tras recordar que durante dos legislaturas el apoyo del PP fue "gratis".

Consciente de que el 1-N se juega su liderazgo al frente del PP catalán -en alguna ocasión ha admitido que asumiría las consecuencias en caso de un fracaso electoral-, Piqué reclamó el apoyo de los "600.000 catalanes" que votan al PP en las elecciones generales pero que en las autonómicas optan por otros partidos o por abstenerse. Para conseguirlo, tanto Rajoy como Piqué presentaron los comicios al Parlament como el primer paso para recuperar La Moncloa y retaron a Alberto Fernández Díaz a obtener un buen resultado en las municipales de 2007.

Ambos dirigentes insistieron en que el sentimiento catalán es compatible con el español dentro de la "España plural", señaló Rajoy, pero exhortó a que "cada persona viva su catalanidad como mejor le plazca, sin imposiciones ni inquisiciones ideológicas de ninguna clase".