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El futuro de la inmigración

Un gabinete presidido por De la Vega gestiona la crisis

Un gabinete de inmigración formado por altos cargos de los Ministerios del Interior, Trabajo, Exteriores y Defensa, y presidido por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se reúne desde el mes de julio todos los viernes, a las ocho y media de la mañana, en La Moncloa. Su misión es coordinar las competencias relacionadas con la inmigración irregular de cada uno de los departamentos citados y, en caso necesario, elevar sus conclusiones al Consejo de Ministros, que se celebra sólo unas horas más tarde en una dependencia contigua.

El gabinete de inmigración, cuya existencia el Ejecutivo mantuvo en secreto hasta ayer, fue creado formalmente en el mes de julio, cuando comenzó la última avalancha de cayucos de Senegal sobre Canarias. Sin embargo, ya se había reunido con ocasión de crisis anteriores, como la oleada de barcas procedentes de Mauritania, a comienzos de año. En torno a su mesa se gestó, por ejemplo, el viaje de los secretarios de Estado de Interior, Antonio Camacho, y de Asuntos Exteriores, Bernardino León, a Nuakchot y a Nuadibú. Ambos lograron la colaboración del Gobierno mauritano en el control de la inmigración hacia Canarias, que cayó en picado.

La salida de embarcaciones se trasladó entonces hacia las playas de Senegal, al sur de Mauritania. Las reuniones del gabinete se hicieron más frecuentes, y De la Vega llegó a convocar a alguna de ellas a los cuatro ministros implicados en las medidas de respuesta con sus correspondientes secretarios de Estado. Pocas semanas más tarde, cuando comenzó la segunda avalancha de cayucos desde Senegal, en verano, las sesiones se hicieron semanales.

Competencias

Miembros habituales del gabinete de inmigración son el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, o su secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, encargados del control fronterizo; el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, o su secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, encargados de la acogida y de la integración de los extranjeros; el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, o su secretario de Estado, Bernardino León, encargados de negociar la repatriación con los países emisores; y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, o su secretario de Estado, Francisco Pardo, que colaboran en el control de las fronteras.

De la Vega comenzó a implicarse en la inmigración en septiembre del año pasado, cuando se desplazó a Ceuta tras una de las primeras avalanchas de subsaharianos en la valla fronteriza. Desde entonces, su protagonismo ha ido creciendo. Hoy podría es la máxima responsable en la gestión del fenómeno.

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