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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Advertencias del Fondo

España crecerá en 2007 a un ritmo del 3%, dos décimas menos que lo previsto por el FMI en abril, según la corrección efectuada en su último informe. La nueva previsión coincide con la del propio Gobierno y es algo más baja que la estimada por la Comisión Europea y la OCDE. Pero más importante que el ritmo de crecimiento, todavía muy superior al promedio de Europa, es la advertencia sobre los riesgos que subyacen en nuestro modelo de crecimiento.

La sobrevaloración de los activos inmobiliarios y el elevado endeudamiento de las familias -mayoritariamente ligado a tipos de interés variable, cuya tendencia al alza no se frenará- conforman una combinación inquietante. No sólo por su impacto sobre la estabilidad financiera y las futuras decisiones de gasto de las familias, sino igualmente por la hipoteca que supone para la modernización económica del país. La alta inflación -aunque algo más contenida en agosto- y el déficit exterior son en cierta medida consecuencias de ese modelo de crecimiento, muy dependiente de la revalorización de la vivienda.

Algunas de las advertencias son similares a las que el Fondo dirige a otros países, incluyendo EE UU. Las señales que llegan de esa economía ya empiezan a ser expresivas de una cierta desaceleración de su mercado inmobiliario, lógicamente sensible al incremento registrado en el precio del dinero. Ese endurecimiento de la política monetaria podrá dejar notar sus efectos en un menor crecimiento de la principal economía del mundo. Es otra de las previsiones a la baja, desde el 3,4% que registrará este año (la misma tasa que España), hasta el 2,9% para 2007. Los otros dos grandes bloques económicos, Japón y el conjunto de la eurozona, también crecerán algo menos el año que viene.

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Un panorama, por tanto, algo menos dinámico, pero que permitirá atenuar los desequilibrios en las principales economías, a lo que contribuirá, si se mantiene, la senda bajista del petróleo. Con un crecimiento en el entorno del 3%, la economía española podrá seguir creando empleo a buen ritmo. Es una oportunidad para abordar las reformas del modelo en dirección de una mayor intensidad en la dotación de conocimiento y un mejor funcionamiento de los mercados, ambas cosas necesarias para reducir la vulnerabilidad sobre la que advierte desde hace años el FMI.

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