El Papa rechaza usar la publicidad para fomentar las vocaciones
Benedicto XVI desoye las peticiones para poner fin al celibato
Benedicto XVI se despidió ayer de Alemania, su país natal, tras seis días de visita pastoral, con una advertencia a sacerdotes y diáconos, con los que se reunió en la catedral de Freising. Pese a la escasez de vocaciones, les dijo, la Iglesia no debe lanzarse a "campañas publicitarias" para encontrar nuevos sacerdotes. Más tarde, en su discurso de despedida en el aeropuerto de Múnich, dedicó un homenaje a su predecesor, Juan Pablo II.
Las palabras del Papa son una respuesta a las presiones de sectores progresistas que consideran que el fin del celibato sería la mejor forma de acabar con la angustiosa escasez de sacerdotes que, especialmente en Alemania, se deja sentir con fuerza. Benedicto XVI ofreció otra posibilidad: rezar y mantenerse en estrecha comunión con Cristo, para que sea Dios el que envíe "más trabajadores a su viña".
Para Ratzinger, la visita a Freising tenía un valor especial porque fue en esta pequeña ciudad cercana a Múnich donde concluyó sus estudios como seminarista y donde comenzó su carrera como profesor de Teología. Y en su catedral fue ordenado sacerdote junto a su hermano Georg en 1951, y a otros 40 jóvenes, cifra inimaginable hoy, cuando la escasez de vocaciones ha elevado la edad media de los curas por encima de los 60 años.
En Alemania, la cifra de sacerdotes descendió un 29% entre 1992 y 2004. Son datos del movimiento progresista y crítico con el Vaticano Somos Iglesia. Aún reconociendo esta realidad, Benedicto XVI dejó claro ayer el camino para obtener más sacerdotes: "No podemos, como en otras profesiones, reclutar gente con estrategias de mercadotecnia", señaló.
La cuestión del celibato es citada una y otra vez por los sectores progresistas como el principal obstáculo a las nuevas vocaciones. Los mismos sectores consideran urgente también que la Iglesia acepte la ordenación de mujeres.
Parroquias vacías
Las palabras de Benedicto XVI no parecen ir por este camino. Sin embargo, el teólogo progresista y antiguo compañero del Papa Hans Küng declaró ayer a la cadena de televisión alemana NDR, que sigue manteniendo la esperanza de que el Pontífice adopte algunas reformas en este terreno. "Con el tiempo, verá que si sigue decepcionando a la gente terminará por verse en dificultades", dijo el profesor en una entrevista realizada en Tubinga. "Su antecesor dejó las parroquias vacías y se limitó a rezar pidiendo más sacerdotes durante 27 años sin el menor éxito".
La visita del papa Joseph Ratzinger a su Baviera natal ha resultado cualquier cosa menos un paseo anodino por los lugares que conoció en su infancia, juventud y madurez. Su lectura magistral ante la comunidad académica de Ratisbona, el martes, en la que comparó al Dios de la razón cristiano con el Dios de la yihad del islam, ha provocado reacciones. El presidente del Consejo del Culto Musulmán Francés, el principal organismo musulmán de Francia, reclamó ayer una "aclaración" al Vaticano. "Queremos que la Iglesia nos dé una explicación y clarifique su postura, para que no confunda el islam, que es una religión revelada, con el islamismo, que no es una religión sino una ideología política", dijo a France Presse el presidente y rector de la mezquita de París, Dalil Boubakeur.
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