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Mohamed VI destituye al máximo jefe policial marroquí

La investigación sobre el narcotráfico en las fuerzas de seguridad marroquíes se cobró ayer a su principal víctima. El rey Mohamed VI destituyó al director general de la Seguridad Nacional, el general Hamidu Laanigri.

Laanigri, de 67 años, no fue jubilado ni apartado del cargo. El monarca le humilló nombrándole inspector general de las Fuerzas Auxiliares, un cuerpo paramilitar al que van destinados los peores alumnos de la Academia Militar y que se utiliza ante todo como fuerza antidisturbios. Recibe además el encargo de inspeccionar con especial atención a los destacamentos de las Fuerzas Auxiliares en el sur y norte de Marruecos. Para sustituirle, el monarca eligió a Drais Cherki, de 51 años, gobernador de El Aaiún, un civil que hizo toda su carrera en el Ministerio del Interior. Hace 14 meses fue destinado a la capital del antiguo Sáhara español dónde tuvo que hacer frente a la revuelta saharaui. Su peso político es muy inferior al de Laanigri.

El soberano eligió a Hamidu Laanigri, poco después de ser entronizado en 1999, porque mantenía malas relaciones con el entonces todopoderoso ministro del Interior, Driss Basri, del que Mohamed VI quería deshacerse -prescindió de él en octubre de ese año- y cuyos tentáculos en la administración marroquí deseaba cortar. Laanigri fue jefe de la policía secreta marroquí (DST) antes de ascender, tras los atentados islamistas de Casablanca, a director de la Seguridad Nacional.

Laanigri no está siendo investigado por colaborar con los narcotraficantes, pero en los últimos días han sido apartados de sus cargos, por sus supuestos vínculos con los "narcos", una docena de jefes de la policía y de la gendarmería. Muchos de ellos eran sus subordinados empezando por el director de la seguridad de los palacios reales, Abdelaziz Izzou, quien le debía toda su carrera hasta que se truncó el lunes pasado.

En Rabat se vaticina que en los próximos días se producirán nuevas destituciones de altos cargos de las fuerzas de seguridad en el noroeste del país, dónde ya tuvo lugar la primera oleada, e incluso en el entorno del monarca. La "limpia" en curso está provocando una auténtica conmoción en Marruecos. Es la primera de esta envergadura durante el reinado de Mohamed VI.

La investigación sobre las ramificaciones del narcotráfico en las fuerzas de seguridad de Marruecos corre a cargo de la Gendarmería Real. Se inició a finales de agosto después de que Mohamed Kharraz, uno de los principales "narcos" marroquíes, condenado en rebeldía, fuese detenido cerca de Ceuta.

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