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Un juzgado rechaza el recurso de ELA contra el laudo que cerró el conflicto de 'Caballito'

El juez considera que no puede volver a juzgar la decisión del tribunal arbitral

El culebrón de Pferd Ruggeberg, SA, conocida por Caballito, ha dado un paso más hacia su final. Un juzgado de lo Social de Vitoria ha desestimado íntegramente el recurso presentado por ELA, USO, UTL y ESK contra la empresa y los sindicatos UGT y LAB, dirigido a impugnar el laudo dictado por un tribunal arbitral del Consejo de Relaciones Laborales. El laudo fijó el pasado noviembre un excedente laboral de 23 trabajadores, que se sumaban a 61 bajas voluntarias. Con él concluía un pulso de más de dos años mantenido por ELA, el conflicto de más duración en Euskadi.

El 15 de noviembre del pasado año se cerró una huelga de 745 días, auspiciada por ELA, USO y ESK y seguida por 117 trabajadores de Caballito. El conflicto se mantuvo en el tiempo gracias a la caja de resistencia de ELA, que lo utilizó como herramienta de confrontación sindical en la negociación colectiva. La huelga comenzó el 1 de noviembre de 2003 ante la propuesta de la empresa de congelar los salarios durante cuatro años como única vía para mantener toda la plantilla, después de haber invertido unos 30 millones de euros en montar una planta más moderna en Vitoria, capaz de duplicar la producción con menos mano de obra.

El acuerdo que puso fin a la huelga establecía la salida de 77 trabajadores por medio de bajas incentivadas. De no llegarse a un acuerdo, se fijaba que tres árbitros del CRL (Consejo de Relaciones Laborales) establecerían el perfil del resto de personal a despedir. Este tribunal arbitral resolvió que la cifra de trabajadores excedentes debía ser de 23, la mitad de entre los huelguistas. El laudo fue recurrido ante el tribunal arbitral del propio CRL, que cambio los criterios sobre quién debía ser despedido. Este segundo laudo fue recurrido y el Juzgado de lo Social número 1 de Vitoria lo ha desestimado. Para despedir a los 23 trabajadores la empresa presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) que ya está cerrado.

Antes de iniciarse el conflicto, Caballito contaba con una plantilla de 239 trabajadores. La huelga se rompió parcialmente tras la firma por parte de UGT en verano de 2004 de un acuerdo que fue posteriormente firmado individualmente por los trabajadores que volvieron a trabajar.

La sentencia del Juzgado de lo Social de Vitoria reduce a tres los motivos para revisar el laudo, al ser éste "de carácter vinculante y de obligado cumplimiento, con la eficacia jurídica de los convenios colectivos, por haber sido dictados previo acuerdo entre la dirección de la empresa y representantes de los trabajadores". Los tres criterios que establece son los previstos en los convenios colectivos, la vulneración de las formalidades para adoptar el laudo y el haber decidido el arbitro sobre elementos no sometidos su decisión. Entiende el juzgado que no se dan en el recurso de los sindicatos opuestos ninguno de estos elementos. "La demanda no puede prosperar", señala una sentencia, que la desestima íntegramente. La decisión es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

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Caballito, empresa alemana fabricante de discos abrasivos, se convirtió durante dos años en la piedra de toque de la dureza de ELA en la negociación colectiva. De hecho, se estima que esta central gastó en mantener el conflicto más de 2,6 millones de euros. Los sindicatos que se sumaron a la huelga permitieron la doble militancia de sus afiliados para que así pudiesen cobrar de la caja de resistencia de ELA, aunque la cantidad resultase un complemento para quienes, como los afiliados a USO, también eran ayudados desde su propia central. La huelga se radicalizó mucho en su primer año. Diversas sentencias condenaron las amenazas y agresiones de los huelguistas a quienes mantenían la producción. En una imagen inusual, los empleados que no secundaban el paro denunciaron públicamente los ataques. Un juez de Vitoria también condenó a la empresa por vulnerar el derecho de huelga al sustituir a quienes mantenían el paro por otros trabajadores.

Otro de los efectos del conflicto es que, tras el laudo, ELA ritiró su confianza al presidente del Consejo de Relaciones Laborales, Martín Auzmendi, que ha presentado su dimisión y forzado un relavo en este organismo.

La Ertzaintza controla una concentración de los huelguistas de Caballito ante Ajuria Enea en 2004.
La Ertzaintza controla una concentración de los huelguistas de Caballito ante Ajuria Enea en 2004.P. J PHANSE

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