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El último Onze de Setembre de Maragall

Jóvenes independentistas abuchean a los dirigentes de Esquerra en el Fossar de les Moreres

La Diada volvió a tener un sabor agridulce para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), cuyos dirigentes fueron objeto ayer de abucheos y silbidos por parte de grupos independentistas radicales en la ofrenda floral que se celebró por la mañana en el Fossar de les Moreres. El año pasado, por primera vez, la delegación del partido sufrió insultos e incluso agresiones físicas durante la celebración del Onze de Setembre. ERC formaba parte entonces del Gobierno de la Generalitat y los pitidos escenificaron el peaje que el partido tenía que pagar por el tripartito. Ahora, ERC se encuentra en la oposición. De hecho, ayer no se repitieron los gritos que los dirigentes de la formación sufrieron también el año pasado en la ofrenda al monumento de Rafael Casanova. En esta ocasión, los republicanos fueron recibidos con algunos aplausos y consignas independentistas.

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Por la tarde, la tradicional manifestación, en la que ERC siempre ha participado activamente, se dividió en dos bloques precisamente para evitar altercados. El primero, que encabezaba la marcha, aglutinó varios colectivos de la izquierda independentista. El segundo agrupó a militantes y seguidores de ERC.

Los manifestantes de ambos grupos, unos 6.000 en total según la Guardia Urbana, recorrieron la Ronda de Sant Pere entre la plaza de Urquinaona y el Arco de Triunfo. El primer grupo se mantuvo a la cabeza, lejos del segundo bloque, que estaba liderado por la plana mayor de ERC tras una pancarta con el lema Cap a la Independència (hacia la independencia). La separación entre los dos bloques llegó a ser, en algunos tramos, de más de 50 metros.

La manifestación se disolvió en el Arco de Triunfo, aunque varios colectivos de la izquierda independentista como Maulets, Endavant o Alerta Solidària prosiguieron la marcha hasta llegar, una vez más, al Fossar de les Moreres. A pesar de que no se registraron incidentes, algunos manifestantes quemaron, en el último tramo, banderas españolas y una recreación en miniatura elaborada con cartón de un coche patrulla de los Mossos d'Esquadra.

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