"Somos los primeros fabricantes del mundo"
A los fabricantes de ladrillos y tejas no les gusta nada que se les asocie con los pelotazos multimillonarios en la construcción. Este año se ha gastado por primera vez un dinero en publicidad para destacar sus cualidades como elemento robusto y aislante, pero no han logrado erradicar el otro significado que ha triunfado en el lenguaje cotidiano. La ingeniera de Caminos Elena Santiago (Motilla del Palancar, 1975) no tira la toalla. Como secretaria general de Hispalyt, la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida, anuncia otra campaña para el próximo otoño en la que insistirán sobre las virtudes del ladrillo como un componente absolutamente sólido de las viviendas.
"Antes nuestros industriales iban a Italia a ver fábricas modernas. Ahora somos nosotros los que tenemos las mejores plantas del mundo"
Pregunta. En la primera campaña parecía que pretendían salir al paso de otros productos alternativos para las paredes.
Respuesta. No es eso. Hay muchas quejas de las oficinas y asociaciones de consumidores sobre las deficiencias en aislamientos. Las calidades no son las esperadas. Los consumidores se preocupan a veces más por la estética que por la calidad. Luego tienen que poner un mueble o colgar una estantería en la pared y el fabricante les dice que no resiste, que no es de ladrillo. Lo que queríamos destacar es la resistencia y la calidad del ladrillo.
P. ¿Qué culpa tiene el ladrillo en la subida de precios de las viviendas?
R. Ninguna. No somos especuladores. Hemos mantenido los mismos precios desde aproximadamente 5 o 6 años. Hasta el año pasado, que nos vimos obligados a subirlos un 5% por la subida del gas. El 30% del coste de fabricación de ladrillos y tejas se va en energía, en gas, preferentemente, cuyo precio se ha multiplicado [por dos en los últimos cinco años]. En 2005 consumimos 11.174 gigavatios / hora.
P. A pesar de ese incremento, el sector se habrá beneficiado del boom de la construcción.
R. España se ha convertido en el primer fabricante europeo y mundial de ladrillos y tejas. Entre junio de 2005 y el de este año la industria cerámica estructural ha producido 29,55 millones de toneladas, y esperamos que al cierre de este año superemos los 30.
P. ¿Qué porcentaje se destina a la exportación?
R. Nuestro mercado es básicamente nacional porque tenemos una fuerte demanda interna. A la exportación sólo va el 15%, sobre todo al norte de África, Japón, Suramérica, Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que el ladrillo o la teja española es un material de lujo para esos mercados, y no está al alcance de todos.
P. ¿En qué magnitudes se mueve el sector?
R. En el mercado participan 425 empresas que dan trabajo directo a unas 15.000 personas y facturaron en 2005 más de 1.200 millones. Es un sector atomizado que en los próximos años se someterá a un proceso de fusiones, con toda seguridad.
P. Mencionaba que se ha colocado a la cabeza mundial. ¿Cómo ha sido ese proceso?
R. Desde 1999 se ha producido un cambio importantísimo de renovación tecnológica. Debido a la demanda de materiales y al boom inmobiliario, para obtener una buena calidad de producto y reducir el consumo energético se han instalado plantas muy eficientes. Antes los industriales viajaban a Italia o Alemania a ver fábricas modernas. Ahora es al revés. Tenemos las mejores fábricas del mundo. En Alicante, por ejemplo, está la más grande del mundo de teja española.
P. La aprobación del Código Técnico de la Edificación les habrá venido muy bien.
R. Para nosotros es positivo porque confirma que los materiales cerámicos se pueden utilizar como elementos estructurales, igual que el hormigón y el acero. Además, desde abril también es obligatorio el etiquetado CE de la Unión Europea, que garantiza unos requisitos mínimos de calidad.
P. Y ¿en qué medida les ha perjudicado el Protocolo de Kioto?
R. Hemos invertido más de 200 millones en mejorar las instalaciones. Aunque representamos el 30% de los afectados, sólo emitimos el 2,7% de los gases de efecto invernadero gracias a un esfuerzo importantísimo. Pocos sectores cumplen. Nosotros sí, a pesar de lo que hemos crecido.
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