Tres periodistas con cargos directivos admiten que aún se sienten discriminadas
Sevilla acoge un curso para analizar el trabajo de los medios de comunicación en la transición
Rosa Luque, Mercedes de Pablos y Lola Cintado hablaron ayer en la sede del Monasterio de la Cartuja de la Universidad Internacional de Andalucía sobre su labor periodística durante el proceso de transición democrática, dentro de un curso dirigido por el también periodista Antonio Ramos Espejo. Las tres profesionales, actualmente con cargos de responsabilidad, disertaron sobre la dificultad de los comienzos en una redacción, sobre todo, si se es mujer.
El techo de cristal con el que se topan las mujeres al avanzar en la escala profesional todavía no se ha roto, a pesar del trabajo que, desde hace 30 años, han realizado en España muchas profesionales pioneras en sus campos. Así, lo corroboran, una vez más, tres mujeres que han llegado lejos en sus profesiones periodísticas. "Durante toda mi carrera, incluso ahora, me he sentido discriminada por ser mujer", afirma Lola Cintado, subdirectora de EFE Televisión.
Sus dos compañeras en el seminario Contribución de los periodistas al proceso democrático de España, desarrollado ayer en la sede de la UNIA en Sevilla, Rosa Luque y Mercedes de Pablos, expresan gestos de apoyo tras oír esta afirmación. "Aunque el periodismo sea ya una profesión feminizada, los puestos de dirección están fuera del alcance de las mujeres", sentencia De Pablos, que es miembro del Consejo Audiovisual de la Junta.
Rosa Luque, jefa de sección del diario Córdoba, destaca estas cifras: "Sólo el 14% de los directivos de 129 periódicos españoles, incluido el cuarto nivel -la jefatura de sección-, son mujeres".
Las tres disertaron sobre las circunstancias actuales por las que atraviesan los medios de comunicación. Para De Pablos, la situación de los medios, en especial, de los audiovisuales, "roza la alarma". "La realidad actual del periodismo se acerca a la socavación de la democracia, pues prepondera la libertad empresarial sobre los derechos de los ciudadanos, que deberían saber a quién pertenecen dichos medios", afirma la periodista. "Quizá, no sería tan grave que mandaran las mujeres", bromea.
Antonio Ramos Espejo, periodista y director del curso, resumió esta situación: "Las empresas y los ejecutivos han pinchado el corazón de las redacciones".
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