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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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Nos equivocamos

Acabadas las vacaciones para la mayoría de los españoles, los primeros días de vuelta al trabajo, generalmente bastante duros, los dedicamos a ponernos al corriente de lo sucedido durante este largo periodo de holganza y relajo. Intentaré desde esta columna echarles una mano resumiéndoles lo más importante de la coyuntura económica española.

Lo más importante son los datos recién publicados por el INE de la Contabilidad Nacional del segundo trimestre, que en este caso han venido acompañados de la revisión de los cuatro años anteriores. Como era de prever, el crecimiento real del PIB de estos años ha sido revisado al alza, quizás aún de forma tímida: una décima más en 2001, 2004 y 2005, manteniéndose las cifras de 2002 y 2003. El reparto por componentes muestra un sector exterior algo menos desfavorable y una demanda nacional prácticamente igual a la estimada. El empleo apenas cambia, por lo que el mayor crecimiento del PIB es atribuible a un avance algo superior de la productividad, que sigue siendo muy escaso. Por su parte, el aumento de los precios (deflactor del PIB) es ahora ligeramente menor, pero sigue por encima del 4%, es decir, el doble de lo que en Europa se considera estabilidad de precios.

Las previsiones de crecimiento económico para el año 2006 se van a quedar cortas

Como consecuencia de estas revisiones, el ritmo de crecimiento del PIB de los últimos trimestres es ahora una décima superior a lo calculado inicialmente, y la primera estimación del segundo trimestre muestra una ligera aceleración hasta el 3,7%. También en Europa el crecimiento va a más (gráfico izquierdo), pero aún se mantiene un diferencial importante a favor de España de 1,3 puntos porcentuales. Lo más destacable de todo ello es que este mayor crecimiento se ve acompañado de un reequilibrio en la composición del mismo, con una demanda nacional que se modera y un sector exterior que va reduciendo su aportación negativa (gráfico central). Ello entraba dentro de las previsiones: el elevado endeudamiento, la inflación, que socava el poder adquisitivo, y la subida de los tipos de interés va frenando el gasto de las familias y empresas, pero ello se ve compensado por el tirón de las exportaciones originado por la mejora de las economías europeas.

La sorpresa es que la moderación de la demanda nacional, especialmente de la construcción, está siendo menos intensa de lo esperado y que la recuperación de las exportaciones es más fuerte, lo que conduce a que el PIB siga acelerándose en vez de frenarse. Por ello, las previsiones de crecimiento para 2006 se van a quedar cortas. Un año más nos vamos a equivocar con la economía española que, como el famoso anuncio de las pilas, sigue y sigue y sigue... El Gobierno está elaborando los presupuestos para 2007 con unas previsiones del 3,4% en 2006 y 3,2% en 2007. Debería modificar este escenario, con lo que de ello se deduce, es decir, proponiendo un objetivo de superávit notablemente superior al 0,7% del PIB previsto.

Otros puntos destacables de la coyuntura estival han sido la nueva escalada del precio del petróleo (que parece reconducirse en los últimos días), el ligero repunte de la inflación en julio (que no cambia las previsiones de que se modere en los próximos meses) y la subida de los tipos de interés por parte del BCE al 3%. Éste parece apresurar el paso, y antes de lo descontado por los mercados (digamos en la primavera del próximo año) los habrá situado en el 4%. A muchos esto les causará problemas, pero la economía española en su conjunto lo necesita.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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