El Congreso Mundial de Cardiología llena los hoteles de Barcelona y del área metropolitana
El Prat vivió ayer una jornada intensa. El día de mayor tráfico aéreo y de pasajeros en la operación retorno de vacaciones de finales de agosto coincidió con la llegada de más de 30.000 participantes en el Congreso Mundial de Cardiología, que se celebra desde hoy hasta el miércoles en Barcelona. Al bullicio habitual de un día de máxima actividad se sumó la presencia de agencias de viajes y responsables de relaciones públicas de empresas farmacéuticas que recibían a sus clientes o invitados, respectivamente, y los trasladaban en autobuses o coches a los hoteles.
El aeropuerto gestionó la salida y llegada de unos 125.000 pasajeros en más de 900 vuelos. Durante la mañana, prácticamente la mitad operaba con un retraso de media hora. Los usuarios se mostraron comprensivos dada la gran afluencia en las instalaciones. "Todo ha ido bien. Las maletas han salido en seguida. Esta vez las tenemos todas", dijo con satisfacción una pasajera que salió con su familia de la terminal B. En el exterior, si se quería tomar un taxi era necesario realizar unos 20 minutos de cola. Pero pese al fin de las vacaciones y a la espera, imperaban la paciencia y el buen humor.
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Despliegue de empresas
Junto a la puerta de la terminal que cruzan los pasajeros recién llegados, las compañías farmacéuticas instalaron pequeñas casetas para recibir a sus invitados al congreso. Jawwen Chen, médico de Taiwan especializado en afectaciones del riego sanguíneo cardiovascular, no tenía claro dónde está el hotel en el que se alojaría. "Merck me llevará", dijo. Esta es su primera estancia en Barcelona. La multinacional se encargó de la estancia de otros participantes de Oslo, Atlanta, París y Londres.
Josep González, responsable de Mixulin, una empresa que organiza estancias para grupos, esperaba ayer la llegada de 80 personas de Hong Kong, también participantes en el congreso. "Ahora los llevaremos al restaurante. Después les enseñaremos la ciudad, para volver por la noche al restaurante y luego al hotel", explicó.
González se quejó de las dificultades que tuvo para encontrar alojamiento para el grupo. Todos los hoteles del área metropolitana de Barcelona hace días que colgaron su cartel de completo. Pese a intentar reservar con un mes de antelación, tuvo que dividir el grupo. Unos se quedan en Barcelona y otros se alojan en Santa Maria de Barberà. "Es una vergüenza. Los precios se han disparado, los hoteles me pedían el 150% y hasta el 300% más de lo que cuesta habitualmente una habitación", se lamentó. El empresario puso nombre y apellidos a sus críticas: "En el hotel Eurostar Park de Barberà me pedían 600 euros por una que vale 95. Hoy me han enviado un fax diciéndome que aún tienen algunas plazas libres, pero ya no he querido ni mirar su oferta".
En el ordenador de la terminal B del aeropuerto, destinado a que los turistas realicen consultas y reservas de habitaciones en hoteles de Barcelona, se plasmaba esta realidad: no había ninguna habitación disponible correspondiente a las tarifas más económicas, y la más asequible costaba 223 euros por noche.
AENA quiso que todo funcionara y procuró que los efectivos de seguridad y de información del aeropuerto fueran suficientes. Incluso habilitó una caseta al lado de las que habían instalado las empresas farmacéuticas para resolver cualquier problema a los asistentes al congreso. Estas medidas intentaron borrar la triste imagen que ofreció hace escasamente un mes el aeropuerto con motivo de la huelga del personal de tierra de Iberia.
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