Reino Unido declara la guerra a la obesidad
Un informe advierte de que el país se enfrenta a un futuro con 13 millones de gordos
Reino Unido se ha subido a la balanza, ha hecho sus cálculos y ha pronosticado un futuro lleno de gordos. Pero no pretende quedarse de brazos cruzados ante la obesidad que acecha a sus ciudadanos y el Gobierno ya prepara un plan de choque. La alarma saltó la semana pasada a partir de un estudio del Departamento de Salud británico que alertaba de que 13 millones de personas serían obesas en 2010 de no ponerse freno a la tendencia actual.
En estos momentos, un cuarto de los adultos tienen sobrepeso -el doble que en 1993- y se estima que los problemas de salud que genera la obesidad hacen perder cerca de un millón de libras (1,48 millones de euros) a las arcas del Sistema Nacional de Salud.
El primer paso en esta lucha contra la grasa vino de la mano del primer ministro, Tony Blair, cuando el martes de la semana pasada anunció que la responsable de Sanidad, Caroline Flint, empezaría a trabajar en un plan para "poner en forma" a la nación, con vistas a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Por ahora, Flint se ha limitado a recomendar a los ciudadanos que traten de "incorporar el ejercicio a su rutina diaria". Aunque todo indica que el deporte, en lugar de ir a más, va a menos. Por ejemplo, el número de británicos apuntados a los gimnasios ha caído un 8% en lo que va de año, según un estudio de la consultora Deloitte.
El broche a la guerra contra la gordura lo puso ayer la Sociedad de Fertilidad Británica, al exigir que se deniegue el acceso a los tratamientos de fecundación in vitro financiados por la sanidad pública a las mujeres que presenten un sobrepeso severo. "A estas mujeres se les debería exigir que se pongan a dieta y hagan ejercicio antes de seguir un tratamiento", pidió Richard Kennedy, un portavoz de esta sociedad, en declaraciones a la BBC. Según explicó, la obesidad baja la eficacia de la costosa técnica de reproducción asistida y hace correr mayores riesgos de salud a las pacientes. El Sistema Nacional de Salud está obligado a informar a estas mujeres de los riesgos que corren, aunque en ningún caso se les prohíbe acceder al tratamiento del embarazo mediante fecundación in vitro.
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