"El Gobierno debe controlar los juegos que se ofrecen a los niños"
El psiquiatra Alberto Espina (San Sebastián, 1950), director de la Unidad de Salud Mental Infantil y Juvenil de Torremolinos, dependiente del Servicio Andaluz de Salud, participó hace unos días en San Sebastián en el curso de verano organizado por la UPV sobre Impulsividad y violencia en niños y adolescentes.
Pregunta. Ahora se habla mucho de la violencia infantil y juvenil. ¿Es un fenómeno nuevo o siempre ha existido?
Respuesta. La violencia y la impulsividad infantil y juvenil ha aumentado muchísimo comparada con hace tan sólo diez años. Pero no sólo en nuestro país, sino en todos los países occidentales.
P. ¿Por qué?
R. En la mayoría de los casos se debe a causas sociales. Vivimos en una sociedad consumista, en la que no cuentan los valores de la persona, sino la imagen y el éxito rápido. Por otro lado está la situación de la familia: los padres han de hacer grandes esfuerzos laborales para pagar la hipoteca, las familias monoparentales no cuentan con todas las ayudas sociales necesarias... Todo esto hace que muchos padres no puedan brindar las funciones fundamentales de contención emocional y normativa a sus hijos. Ahí está la semilla de lo que será luego un problema de conducta, de impulsividad.
"No deberían darse programas de televisión tipo 'Shin Chan'. Los chavales cogen modelos de conductas impulsivas y violentas"
"La sociedad actual hace que muchos padres no puedan brindar las funciones fundamentales de contención emocional y normativa a sus hijos"
P. ¿Los padres no tienen tiempo suficiente?
R. Enseñar a los niños a hacerse dueños de sí mismos y de sus impulsos es una tarea que requiere tiempo, dedicación y saber hacer. Si los padres no pueden o no saben hacerlo, y en el colegio tampoco se les enseña, los niños tienen un déficit de socialización.
P. ¿Qué han de hacer los padres y los profesores?
R. Con los padres se está volviendo tímidamente a las escuelas de padres. Y en las situaciones socialmente desfavorables, son necesarias ayudas para que puedan criar de manera adecuada a los hijos. En cuanto al sistema educativo, me parece mucho más importante formar personas que enseñar contenidos. Ya se están haciendo cosas puntuales en este sentido.
P. Pese a que se están haciendo cosas, ¿nos ha pillado a todos con el pie cambiado?
R. La verdad es que vamos un poco tarde. Nuestra unidad ha empezado este año a desarrollar programas de intervención en los colegios. Trabajamos con los niños que tienen problemas de conducta y con sus padres, pero en el colegio, en su ambiente, para huir de la etiqueta de enfermedad mental. Vamos a ir implementando más este tipo de trabajo, de manera que trabajaremos también con los profesores, porque ellos necesitan ayuda para educar de otro modo que no sea exclusivamente el de enseñar contenidos. De esta forma podremos atajar bastante el problema de la violencia. Luego nos quedaría la guinda.
P. ¿La guinda de qué?
R. De empezar a tomar medidas de control sobre los productos de consumo que se ofrecen a los niños. Se están permitiendo juegos violentos, se están poniendo en la televisión programas tipo Shin Chan o South Park. Ante eso, yo, ni libertad de expresión ni nada, por encima está la protección de la infancia. Deberían adoptarse medidas de control para que esos productos no se den, porque los chavales sufren y cogen modelos de conductas impulsivas y violentas.
P. ¿El Gobierno debería intervenir?
R. Sí. A veces se confunde el control con quitar la libertad, la autoridad con el autoritarismo. Una cosa es el autoritarismo que padecimos en España durante 40 años y otra, una autoridad que proteja a los niños. Ésta tiene que existir.
P. En ese sentido, ¿los padres quizá ahora equivocan disciplina con autoritarismo?
R. Eso es. Esto es cíclico. Cuando hay fases de excesivo autoritarismo, luego se pasa a fases de excesivo dejar hacer. Y si una cosa es mala, la otra, peor. A ver si en la siguiente ola conseguimos la autoridad y el respeto.
P. ¿La comunicación entre padres y profesores es fundamental?
R. Tenemos que estar todos coordinados: salud mental, familia, colegio y, si hace falta, servicios sociales y justicia.
P. Se debate mucho sobre el buylling, pero también han aumentado los casos de violencia de hijos contra padres.
R. Si a un niño no le enseñas respeto, si no le pones límites y le das todo lo que quiere en el sentido material, en vez de atención y cuidado, estás creando un animal que va a querer conseguir todo en el momento. Y si no, al final, cuando llega a adolescente, se va a poner violento. Hay casos de adolescentes que golpean a sus padres, pero hay que escuchar su historia, cómo ellos se han sentido maltratados o negligentemente criados.
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