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EL VIAJERO INCANSABLE
Columna
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El universo se sustenta en una sombrilla

No es que Benidorm sea mentira, es que es relativo. Por lo menos el espacio y el tiempo lo son. La lógica dice que no es posible construir un edificio de 20 plantas encima de otro, que dos coches son incapaces de aparcar en la misma plaza, que no se puede colocar una sombrilla para tapar los rayos de sol, que ya son tapados por otra, y que nunca podrás tumbarte en tu toalla si ésta ha sido cubierta por la de tu vecino. Pero en Benidorm, insisto, todo es relativo. Lo que ocurre es que esto no puede entenderse si se mira con un telescopio o con un microscopio. El instrumento que utilizan los turistas para reelaborar estos conceptos son las gafas de sol. Te las pones y, oye, que todo se ve de otra manera y resulta que sí, que el tiempo y el espacio se estiran como una goma de mascar.

Los científicos han logrado fotografiar la materia oscura del universo, el 20% de lo que existe y la que proporciona la masa suficiente para que los cúmulos formados por estrellas y gas incandescente no se vayan a tomar por saco. Pero aún no han sido capaces de explicar la terrenal. Ni una sola teoría que aporte algo de luz sobre cómo pueden mantenerse unidos los cúmulos de ladrillos de Benidorm, ni por qué los seres que visitan este complejo turístico pueden vivir en equilibrio sin chocarse a cada rato. Pero es que los científicos han despreciado las gafas de sol a favor del Hubble, que se vuelve majareta cuando lo apuntas a una guiri rosada en top-less o a un señor con cuatro neveras de corcho colgadas al cuello.

Pues eso, si te las pones, la cosa cambia y flotas sin manguitos. El caos se convierte en orden, dejas de pringarte con el aftersun de tu prójimo, acabas participando en sus conversaciones en perfecta armonía y puede que hasta te dejen un cartón de bingo para gritar "línea" al unísono. Pero si te las quitas todo parece raro. No se entiende por qué miles de personas prefieren vivir en una colmena, por qué dos hombres discuten por cuál de ellos se ha bebido la cerveza del otro o por qué una señora filma con su cámara una vulgar fuente que emite cuatro chorros intermitentes. Lleva así veinte minutos, como el personaje ése de American beauty, que filmaba una bolsa de plástico bailando con el viento. Pero puede que ella sea una científica tratando de descifrar la materia oscura.

Algunos científicos no ven en Benidorm ese equilibrio y aseguran que el Big crush está cerca, un gran choque de cúmulos de ladrillos que provocará el caos y hará que toda la zona se compacte en un punto de densidad y temperatura muy altas, para volver a explosionar una vez más dentro de millones de años luz. Bah, son unos agoreros y unos apocalípticos. Seguro que ellos se van a veranear al Caribe.

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