Sobre 'Ya no hay guerras de seis días'
No sorprenden las simpatías por Israel que el señor Culla i Clarà manifiesta con regularidad en este periódico, y las publicadas en su artículo del día 23 de agosto, Ya no hay guerras de seis días, no son una excepción. Sin embargo, en ese artículo utiliza con sospechosa parcialidad -al menos, tanta como la que atribuye a Seymour Hersch y Robert Fisk- los datos objetivos que con machacona insistencia apuntan al Estado de Israel como último responsable de esa guerra sin sentido aparente que ha sido la última de Líbano. Veamos:
1. El Ejército israelí volvió a ocupar militarmente -es decir, a sangre y fuego- la franja de Gaza después de que las "milicias" de Hamás mataran a dos soldados israelíes y secuestraran a un tercero. Desde que Hamás ganó limpiamente unas elecciones democráticas y es responsable de la Autoridad Palestina, todo lo que ocurre en los territorios ocupados es atribuido por Israel a sus seguidores. Pero Culla i Clarà nada menciona del secuestro, el día anterior, de un médico y su hermano en Gaza por parte del Ejército israelí, que fue lo que, aparentemente, pudo desencadenar la réplica palestina.
2. La destrucción sistemática y masiva de la infraestructura de Gaza, so pretexto de liberar al soldado secuestrado, comenzó inmediatamente después de tal secuestro.
3. Hezbolá mata a varios soldados israelíes en la frontera israelo-libanesa y secuestra a otros dos. Así descrito, parece que el Ejército israelí, riguroso cumplidor de los límites fronterizos con Líbano tras su ocupación unilateral durante años de una franja del suelo de ese país, no acostumbraba a realizar incursiones de penetración a través de esa frontera, mientras que era el "sofisticado" y "poderoso" Ejército de Hezbolá el que sistemáticamente lo hacía.
4. Israel comienza inmediatamente a bombardear por aire, mar y tierra a Líbano, sin que medie un tiempo de preparación previa, castigando indiscriminada y deliberadamente objetivos civiles y no militares. Si el autor del artículo prefiere que en lugar de 1.300 muertos civiles hablemos de 1.271 solamente, porque los servicios libaneses de Protección Civil, en medio de oleadas diarias de bombas, se equivocaron en el número de víctimas causadas por los bombardeos en Qana y modificaron la cifra de víctimas inicialmente contabilizadas, así lo hacemos.
5. Tras 1.271 víctimas civiles libanesas y varios miles de heridos -61 víctimas israelíes de los katiushas de Hezbolá y varias decenas de heridos-, un país arrasado, una catástrofe humana y un desastre ecológico, Israel se retira sin haber conseguido ni uno solo de los objetivos inicialmente declarados.
6. Desde hace muchos años, Estados Unidos suministra armas de alta tecnología a Israel. Bastante más recientemente, Irán ha hecho lo mismo con Hezbolá.
7. Nadie ha sugerido en los medios de comunicación internacionales que los milicianos de Hezbolá se comporten como monjas de la caridad ni que su líder, el jeque Nasralá, sea un ponderado demócrata de toda la vida. Pero ¿cambia eso el hecho de que Israel haya arrasado un país vecino deliberada e indiscriminadamente y que, con excepción de unas decenas de milicianos, el grueso de las víctimas libanesas sean hombres, mujeres y niños que vivían muy lejos de la "franja de seguridad".
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