Asustados del viaje
El Gobierno lleva a 300 subsaharianos a Lanzarote para 'aligerar' los centros de internamiento de Tenerife
Diecinueve minutos. Nunca hubo que esperar menos para un vuelo nacional. Una cincuentena de subsaharianos que llegaron al aeropuerto de Tenerife Sur a las 7.36 de la mañana de ayer escoltados por agentes de policía gozaron de ese privilegio. Se trataba de un nuevo traslado de inmigrantes, uno de los muchos que se han realizado en los últimos meses. Escoltados por furgones policiales, los subsaharianos llegaron al aeropuerto en autobuses blancos y se introdujeron rápidamente en la pista del aeródromo por una entrada lateral. Es un viaje corto, persiguiendo al típico coche amarillo aeroportuario que les conduce hasta un avión de pequeñas dimensiones con motor de hélices. El aparato de color blanco de la compañía Swiftair espera al final de la pista. Ni un turista que se percate de la presencia de los subsaharianos, a pesar del continuo ir y venir de viajeros en plena época estival. El acceso, previo a la terminal y muy discreto, es el mismo por donde entran los camiones de suministro de alimentos.
600 personas duermen en colchonetas en 500 metros cuadrados, dice un policía
Con las primeras luces del día se distingue a la perfección la hilera de subsaharianos subiendo las escalerillas del avión. Según fuentes policiales, viajan cuatro agentes por cada 60 inmigrantes. Algunos de estos vuelos tienen como destino la Península. Otros son simplemente traslados entre islas. Éste fue el caso de todos los vuelos de ayer con salida en Tenerife Sur. Hasta 300 subsaharianos viajaron con destino a Fuerteventura ante la "necesidad de aligerar", como decía ayer un policía, los centros tinerfeños donde se acumulan.
En el acuartelamiento militar de Las Raíces, al norte de la isla, decenas de tiendas de campaña albergan a más de 2.000 personas. Su visión desde un alto recuerda a un campamento de refugiados de guerra. Cinco militares armados custodian la puerta, desde la que se ven pasar comitivas de inmigrantes. También agentes del Cuerpo Nacional de Policía, responsables de la custodia de los subsaharianos.
En el Sindicato Unificado de Policía (SUP) explican cómo es un vuelo de traslado de inmigrantes. Rafael Hernández cuenta que "hay que hacerlo todo con mucha tranquilidad, explicándoles que se les lleva a centros de internamiento de otras provincias". Si no es así, los subsaharianos, asegura Hernández, se resisten a subir a los aviones: "Si les dices que los llevas a Mauritania o a Senegal te lían una...". En el SUP creen que las condiciones de los inmigrantes llegados a Canarias deben mejorar. "En el garaje [de la comisaría de Playa de las Américas] hay 600 personas conviviendo en 500 metros cuadrados, durmiendo en colchonetas en un suelo lleno de porquería; sólo tienen dos baños y dos duchas flotantes", denuncia. Una descripción que extiende a los centros de internamiento de extranjeros, "muy por encima de su capacidad".
Moisés N'Diaye es senegalés y trabaja para la Cruz Roja en Tenerife. Reconoce que las dependencias policiales y los centros de internamiento están a tope, pero el panorama que describe no es tan desalentador. Asegura que las condiciones sanitarias son buenas y que los subsaharianos son bien tratados. La comisaría es un sitio de paso, durante un máximo de 72 horas antes de ser conducidos a los Centros de Internamiento, donde los inmigrantes esperan no más de 40 días.
El garaje es un improvisado calabozo por la falta de espacio para semejante oleada de barcazas. "Siempre está a tope, de izquierda a derecha; hay colchones en el suelo, duchas y baños", describe. Sobre las personas que allí se encuentran dice que "llegan muy asustadas del viaje, pero poco a poco se recuperan". Sus inquietudes son fáciles de imaginar. "¿Dónde estamos? ¿Qué van a hacer de nosotros?", preguntan. Comunicarse con ellos es fundamental. Para la Cruz Roja, la labor de Moisés es de gran ayuda. "Sólo con escucharles ya puedo decir de dónde vienen", dice este hombre, que conoce siete dialectos africanos del francés.
La cantidad de traslados en avión es directamente proporcional al número de embarcaciones que alcanzan las costas canarias procedentes de África. El vuelo que partió ayer a las 7.55 fue el primero del día. A lo largo de la mañana continuó el goteo de autobuses, repletos de inmigrantes. Junto al aeropuerto, el mar. Si vienen más barcas, los aviones repletos de subsaharianos no cesarán de volar.
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