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Sadam escucha los testimonios de kurdos víctimas de armas químicas

Sadam Husein enfrentó ayer, en la segunda jornada de su juicio por genocidio contra la población kurda iraquí, los testimonios de sobrevivientes a los ataques con armas químicas lanzados entre 1987 y 1988 en el norte del país, que mataron a 182.000 personas. El ex dictador se llegó a encarar a los testigos, y sus colaboradores aseguraron que el objetivo de la represión eran "los guerrilleros apoyados por Irán".

"La gente vomitaba. Estábamos ciegos y gritábamos. No había quien nos salvara, sólo Dios", dijo el kurdo Alí Mustafa Hama en referencia a los ataques con gas que sufrió su comunidad en el norte de Irak durante la llamada operación Al Anfal. "¿Quién te ha dicho que digas eso?", le increpó el propio Sadam. Hama, de 50 años, continuó con su declaración en kurdo: "Había dos mujeres, una de ellas embarazada. Cuando dio a luz, el bebé intentó ver el mundo, respiró los gases y murió".

Cuando se le preguntó quién era el responsable de los crímenes cometidos en el Kurdistán iraquí, Hama dijo que fue "la persona que gobernaba Irak". Hama contó que en abril de 1987, entre 8 y 12 aviones iraquíes bombardearon su pueblo de Balisán, en el Kurdistán iraquí: "Lanzaron bombas que expulsaron un humo verde. Comenzó a oler a manzanas podridas y ajo".

Najib Khudair Ahmad, una mujer kurda, comparó a Sadam con Hitler, pero dijo que no buscaba una revancha sangrienta: "No quiero una venganza contra Sadam o Alí Hasan Majid. Queremos que sean juzgados según la ley. No somos como Sadam, que mató a niños y me rompió la espalda". Alí Hasan Majid, primo de Sadam, también es conocido como Alí el químico por su determinación de usar gas venenoso contra los kurdos del norte de Irak, y afronta los mismos cargos que su pariente, por lo que ambos podrían ser sentenciados a muerte.

La defensa contraataca

Además de Sadam y su primo Alí, otros cinco comandantes de su régimen se sientan en el banquillo de los acusados, todos por crímenes de guerra y contra la humanidad. La defensa del ex dictador iraquí justificó las acciones represoras acusando a los kurdos de colaborar con el vecino Irán durante la guerra entre ambos países (1980-1988).

Uno de los acusados, Sultán Hashim Ahmed, comandante del Ejército iraquí en la operación Al Anfal, dijo que sus órdenes eran evitar una invasión iraní a cualquier precio. Pero indicó que los civiles habían sido trasladados a zonas seguras. "Los iraníes y los kurdos luchaban hombro con hombro contra las fuerzas iraquíes", dijo Sabir al Douri, ex comandante del servicio de inteligencia militar durante la guerra contra Irán.

Los abogados defensores preguntaron a los testigos kurdos cómo podían saber si los aviones que les atacaron eran iraquíes. También acusaron a Hama de colaborar con la guerrilla kurda en su localidad de Balisán, próxima a la frontera iraní.

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