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El fuego ha causado pérdidas por 245 millones, según los agricultores gallegos

Detenidos otros dos incendiarios y en libertad el que fue candidato del PSOE

Las pérdidas económicas provocadas en el campo por los incendios que devastaron Galicia en las últimas semanas ascienden a 245 millones de euros, según el sindicato Unións Agrarias (UUAA), integrado en la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). En 12 días ardieron cinco millones de metros cúbicos de madera, el 83% de lo que se tala anualmente en Galicia, valorados en 236 millones de euros, a los que hay que añadir otros nueve millones por los daños ocasionados en la agricultura y en la ganadería, de acuerdo con los datos difundidos por el sindicato agrario.

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Guerra de hectáreas

La oleada de incendios ha afectado a unas 10.000 reses que, según los cálculos de la Consejería de Medio Rural de la Xunta, se encuentran muertas o malheridas. El objetivo del Gobierno autonómico es retirarlas antes de mañana para evitar los daños medioambientales que pudieran generar. Los servicios oficiales veterinarios se encargan de revisar a los animales heridos para sanarlos o sacrificarlos, según el estado en el que se encuentren.

Un grupo de trabajadores de la Xunta se afanaba ayer en recoger 16 caballos muertos entre los bosques que rodean el municipio de A Estrada (Pontevedra). Una excavadora abría caminos entre los árboles quemados para llegar hasta los caballos. El aire era irrespirable por el olor a putrefacción que desprendían los animales. Javier Quintillán, presidente la asociación Rapa das Bestas, reconocía el riesgo que suponen estos cadáveres: "Son focos de infección que pueden contaminar los manantiales". Su asociación organiza cada verano una fiesta con más de tres siglos de antigüedad que consiste en reunir a los caballos en la plaza de Sabucedo (A Estrada) para marcarlos y posteriormente soltarlos de nuevo al monte. Estos días la única obsesión de Quintillán es localizar a los animales. Hasta el momento han controlado a 30, otros 20 los han hallado muertos y aún hay cientos sin encontrar.

A pesar de que las lluvias arreciaron ayer, los primeros análisis de la Consejería de Medio Ambiente no han advertido de momento contaminación en las aguas provocada por arrastre de cenizas. Con el propósito de evaluar los daños y estudiar medidas compensatorias, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, reunió a los alcaldes de los municipios más afectados. Touriño anunció que la ola incendiaria ha convencido a su Gobierno de la necesidad de revisar "a fondo" las políticas forestal y urbanística. El presidente de la Xunta defendió que durante la crisis el dispositivo contraincendios y los mecanismos administrativos actuaron con una coordinación "bastante razonable", aunque admitió que pudieron producirse fallos en "algún punto determinado".

El PP, sin embargo, volvió a responsabilizar a la Administración gallega de la magnitud de la ola incendiaria que en 12 días arrasó 77.000 hectáreas de bosque. El vicepresidente del PP gallego y ex consejero de Medio Ambiente, Xosé Manuel Barreiro, sostuvo que el número de fuegos no ha sido excepcional y atribuyó su propagación a la falta de respuesta de la Xunta. Más contundente fue el líder regional del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien afirmó en Onda Cero: "Nosotros entregamos hace un año una Galicia verde y hoy está calcinada".

Ayer fue puesto en libertad con cargos José María Mosteiro Brey, que fue candidato del PSdeG por Forcarei (Pontevedra) en las elecciones municipales de 1999 y que permanecía en prisión desde el pasado día 10 acusado de provocar un incendio. Un grupo de vecinos ha recogido firmas en los últimos días para defender su inocencia.

Al tiempo, la Guardia Civil detenía a otros dos presuntos incendiarios, una mujer en Mondariz (Pontevedra) y un hombre en Punxín (Ourense). Este último, según fuentes policiales, confesó los hechos. Los detenidos desde principio de mes suman ya 34, 13 de ellos en prisión.

Un vecino observa el cadáver calcinado de un caballo salvaje en un monte de Montouto, en el <i>concello</i> de A Estrada (Pontevedra).
Un vecino observa el cadáver calcinado de un caballo salvaje en un monte de Montouto, en el concello de A Estrada (Pontevedra).CRISTÓBAL MANUEL

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