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Entrevista:EXCELENTES | IÑAKI ARBELOA-Becado para estudiar el bachiller internacional

Joven, fuera de serie y rumbo a India

P or suerte para él, lo mejor que se puede decir de Iñaki Arbeloa Castiella es que es un chico normal. A sus 16 años, una de las cosas que más aprecia es pasárselo bien con sus amigos, bastante numerosos a juzgar por el trajín de su móvil. También, cómo no, habla por el messenger. Le gusta la música y leer. En deportes es "un torpe". Pero sobre todo, es normal porque se empeñaron en que así fuera sus padres, Joaquín Arbeloa, 45 años, abogado de la Caja de Ahorros de Navarra, seguidor de los Who ("Fui a verlos a Zaragoza y fue su mejor concierto") y Elisa Castiella, de 40 años, juez de paz de Barañain (Navarra), una macro localidad al lado de Pamplona donde ocupan una vivienda unifamiliar.

"Soy progresista y muy crítico con todos los partidos. Me gusta mucho la política; quisiera dedicarme alguna vez a ella y cambiar muchas cosas"
"La educación pública es la educación del futuro, y ningún Gobierno se la toma en serio. El presupuesto militar es mucho mayor"
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Un carrerón a los 16 años

Pero bien mirado, este chico de aspecto serio y tímido, pero propenso a reírse, enseguida se desveló especial. Con 15 meses ya conocía los números. Lo cuenta su tía Sagrario Castiella. "Entonces vivían en un noveno piso y le preguntaban '¿Iñaki dónde vives?' y él enseguida señalaba el 9". Lector de periódicos desde los siete años y ahora de los digitales en Internet. ¿De los confidenciales? "No, no, esos no me hacen gracia". Con estos antecedentes tarde o temprano su vida tenía que dar un giro radical.

En septiembre sus amigos, según marca la norma, continuarán el bachiller en el Instituto de Barañain. Él no. Él se prepara para dejar su Pamplona natal y hacer la maleta para irse dos años a estudiar el bachiller internacional a India, la Meca en investigación matemática. Gracias a una magnífica beca, que no gana cualquiera. De 300 expedientes sobresalientes, sólo 14 españoles han sido elegidos por Colegios del Mundo Unidos, cuyo consejo internacional preside Nelson Mandela. Esta organización, curiosamente bastante desconocida, también tiene una historia.

Pero ahora estamos en casa de los Arbeloa, en Barañain, llamada también Buenos Aires por el viento que suele soplar allí. Iñaki es el mayor de cuatro hermanos. "Es un superdotado", salta su hermana Ana, una pizpireta de 12 años. Él le ríe la gracia. No es un falso modesto, pero lo niega. Quiere quitarle importancia. Su madre también: "Siempre iba muy adelantado y ha tenido muchas inquietudes. Con cuatro años su profesora me riñó porque creía que le enseñábamos en casa, y yo nunca me senté con él. En clase se aburría. Cuando los demás silabeaban una palabra, la profesora decía: 'Arbeloa dila tú' y él la deletreaba y añadía si era monosílaba, trisílaba... Pero no quisimos que fuera a un colegio especial. Lo consultamos con un pedagogo y nos aconsejó que siguiera su vida y estudios como un chico normal, como queríamos nosotros".

Agosto 2006. El libro que acaba de leer: La dignidad e igualdad de las lenguas (Alianza), de Juan Carlos Moreno Cabrera, regalo de un amigo con el que discute si en el Parlamento español se deben hablar otras lenguas como el euskera. "Pensaba que añadir otras sería muy costoso. Pero ahora no lo tengo claro porque hay gente que tiene su idioma como lengua materna". Menciona otro libro, El camino del corazón, de Fernando Sánchez Dragó. Está dominado por el país que le va a acoger. En su mesilla, un ejemplar de Le Nouvel Observateur sobre India y una gramática hindú. Colgados de la pared, una viñeta de El Roto, una foto con una chica y un mensaje de John Lennon: Los tímidos también se desnudan. A pesar de haber estudiado siete años de piano, en música juzga que no es "muy bueno". Escucha el rock de Extremoduro y de Fito y los Fitipaldi, Amaral...

Luego dicen que a los jóvenes no les interesa la política. ¿O sólo es un tópico? "Soy muy crítico con todos los partidos, pero soy progresista. Me gusta mucho la política y quisiera dedicarme alguna vez a ella". ¿Para qué? "Para cambiar muchas cosas que están muy mal" ¿Cuáles? "El reparto de la riqueza y la educación en España", de la que opina: "La educación pública es la educación del futuro y ningún Gobierno se la toma en serio. El presupuesto militar sigue siendo mucho mayor. Hace falta que se invierta más. Hay bastante desmotivación, gente que está y no quiere estar y habría que darles alternativas".

A principios de este año presentó su solicitud para la beca. Había visto un pequeño anuncio en el tablón de su instituto. Y una mañana sonó el teléfono. Luego vinieron las pruebas, entrevistas y preguntas sobre la actualidad. Una, la escasez del agua. Él discutió mucho la postura de Murcia, y luego se enteró que su entrevistador era murciano y se había mosqueado. Dos, la piratería musical: "Las discográficas abusan con los precios y a mucha gente no le queda otro remedio que bajarse música de Internet, y estoy en contra de que las mafias exploten a los que venden CD en la calle".

Está empeñado en que otros jóvenes conozcan Colegios del Mundo Unidos y tengan su oportunidad. ("Por favor, pon su web": www.colegiosdelmundounidos.org). Tras la II Guerra Mundial, un filántropo pensó que la mejor manera de contribuir a la paz mundial era educar a los jóvenes en ella. Así nació esta organización laica, con 10 colegios en el mundo. En España la financian, entre otras, las fundaciones ONCE, Pedro Barrie de la Maza y Caja Madrid. El patrocinador de Iñaki es la Fundación Rafael del Pino. Y los altos patronos, los Reyes, que en junio recibieron a los becados. Iñaki habló con la Reina, a la que vio "muy interesada en la India".

Es fácil imaginar que los ex alumnos tienen todas las cartas para un futuro brillante. Que se lo pregunten a Pedro Alonso, investigador puntero contra la malaria. Estos días los amigos de Iñaki le dicen de todo. "Unos que no se irían ni locos. Otros que qué guay. Y todos que me echarán mucho de menos".

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