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Denunciado por abusos un monitor de un centro de menores inmigrantes en Alicante

La Consejería de Bienestar Social de la Generalitat valenciana remitió ayer a la Fiscalía de Menores un informe sobre un presunto caso de abusos deshonestos de un educador a dos niñas extranjeras internadas en el centro de acogida para menores inmigrantes Lucentum, en la ciudad de Alicante.

Las víctimas, dos adolescentes de 14 y 15 años, han firmado esta semana una declaración de su puño y letra en la que confesaban sentirse "incómodas" por la actitud del trabajador, a quien acusan de reiterados comportamientos violentos contra su intimidad, como "entrar en la habitación sin avisar cuando se estaban cambiando", "tocarles el trasero en el pasillo", "invitarlas en el patio a que se sentaran sobre sus rodillas" o bien "intentar abrazarlas".

Fuentes de la Consejería de Bienestar Social valenciana, no obstante, descartan un caso de abuso sexual o de acoso. La directora del centro de acogida de menores inmigrantes de Alicante, que gestiona una fundación privada sin ánimo de lucro, redactó el informe con el testimonio de las menores y con toda la información y lo trasladó el pasado día 28 de julio a la dirección territorial de Alicante. Al conocer las quejas de las menores, la consejería abrió una investigación para recabar información. Una vez recogidos todos los datos adoptó dos medidas: por una parte, la suspensión cautelar de la actividad que realizaba este monitor con las supuestas víctimas (extremo que en la práctica era ya una realidad, porque ya estaba de vacaciones) y trasladar a la Fiscalía de Menores de Alicante el caso para que abra diligencias.

El trabajador expedientado rechaza las imputaciones y, según han confirmado fuentes oficiales, alega en su defensa "que las niñas eran unas vagas" y que únicamente perseguía incentivarlas.

Niños desamparados

El centro de acogida de menores inmigrantes de Alicante, Lucentum, alberga niños en situación de desamparo, por haber sido abandonados por sus padres o estar éstos ilocalizables, pero en ningún caso se trata de menores que hayan cometido algún tipo de delito.

Hace dos años y en el mismo centro de acogida de menores extranjeras, aunque gestionado entonces por una empresa diferente a la actual, se registró otro caso de presuntos abusos sexuales de un monitor a una niña rumana. En aquella ocasión, el empleado fue despedido. Éste denunció a la empresa. La juez declaró improcedente el despido, pero la empresa decidió indemnizarle y no readmitirle en el puesto de trabajo. La menor no pudo testificar ya que había regresado a su país. El año pasado, la consejería sacó a concurso la gestión de este centro de menores y la concedió a la empresa Inedés, que nombró una nueva dirección. Ahora se ha destapado este segundo caso de supuestos abusos a menores.

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