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La Guardia Civil ha detenido a siete personas por provocar incendios forestales

Los fuegos se debieron a imprudencias de los arrestados, entre los que hay un menor

F. Javier Barroso

Un total de siete personas han sido detenidas o imputadas por provocar fuegos desde que empezó el plan de lucha contra incendios forestales de la Comunidad de Madrid, según informó ayer la Comandancia de la Guardia Civil. Los acusados provocaron los siniestros por negligencias o imprudencias graves como quemar rastrojos en una zona de especial peligrosidad o el utilizar una máquina radial que suelta chispas y puede iniciar un fuego. El instituto armado solicita el máximo cuidado a la hora de efectuar estas laboras y evitar, ante todo, las horas de mayor calor.

La primera detención se produjo el 29 de junio, cuando un menor de edad fue imputado por un incendio forestal que se registró en Moraleja de Enmedio. Le siguieron otras detenciones en Chinchón (3 de julio), Villanueva de la Cañada (6 del mismo mes), Mataelpino, en El Boalo (9 de julio), Soto del Real (21 de julio) y Estremera (1 de agosto). La última se produjo el pasado miércoles en Zarzalejo, cuando un vecino de 38 años, cuyo nombre corresponde a las iniciales I. C., fue arrestado en el paraje de Las Hoyas. El uso de una radial en una zona próxima a pastos desembocó en la quema de nueve hectáreas de pasto y arbolado, según el instituto armado. Los bomberos de la Comunidad de Madrid necesitaron cuatro horas para extinguir las llamas.

Las investigaciones de los diferentes incendios las han efectuado agentes especializados del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, que se hallan repartidos por toda la región. Estas operaciones se enmarcan dentro del dispositivo especial puesto en marcha por la Delegación del Gobierno en Madrid con motivo del verano.

Negligencia

Fuentes de la Guardia Civil aclararon ayer que los incendios que provocaron estos imputados no han sido en ningún caso intencionados. Siempre se han debido a imprudencias como quemar pastos en una zona agrícola, sin tomar las pertinentes medias de seguridad, o hacerlo junto a una zona especialmente peligrosa y seca. Otras veces se debieron al uso de maquinaria que desprende chispas e inicia el fuego en los pastos.

Los incendios por los que fueron acusados estas personas no tuvieron graves consecuencias, según la Guardia Civil. Fueron controlados con rapidez por los bomberos de la Comunidad de Madrid y no alcanzaron zonas de gran valor medioambiental.

El instituto armado recomendó que no se utilizaran este tipo de máquinas, incluso cuando sean de uso agrícola. A ello se debería unir el no hacerlo en las horas de mayor sol. Las altas temperaturas hacen que las llamas se extiendan con mucha rapidez.

La excepción a todos estos incendios se produjo la noche del pasado martes, en un fuego supuestamente intencionado en el municipio de Redueña, a 55 kilómetros de Madrid por la A-1. Las llamas, que arrasaron 40,6 hectáreas de pastos y monte bajo, estuvieron a punto de afectar a una urbanización de El Vellón. Los bomberos de la Comunidad de Madrid enviaron a 100 efectivos (20 dotaciones), que estuvieron apoyados por cuatro retenes de la Dirección General de Medio Natural. Los agentes del SEPRONA creen que se trata de un siniestro intencionado, ya que tuvo tres puntos distantes de inicio.

El artículo 352 del Código Penal castiga con penas de uno a cinco años de prisión a las personas que incendiaran montes y masas forestales. Estas condenas pueden aumentar en caso de que hubiese existido peligro para la vida o la integridad física de las personas.

El Código Penal también recoge, en su artículo 354, que, si el incendio no llega a propagarse por los montes o masas forestales, la condena se verá reducida a penas de prisión de seis meses a un año. Las zonas afectadas por un incendio forestal podrán mantener su calificación urbanística hasta en un plazo máximo de 30 años.

La Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid rechazó ayer facilitar los datos de la superficie quemada desde que se puso en marcha el plan contra incendios forestales de la región. Tampoco quisieron facilitar el número de hectáreas o metros cuadrados afectados por los fuegos provocados por las siete personas imputadas por la Guardia Civil.

Calor, ausencia de humedad y fuerte viento

Tres son los factores que más influyen en la rápida propagación de un incendio forestal. Las altas temperaturas, la ausencia de humedad y el fuerte viento hacen que las llamas corran con mucha rapidez en los bosques y zonas de matorrales, lo que dificulta e incluso impide que los bomberos controlen y extingan los siniestros.

El uso de helicópteros e hidroaviones ha sido muchas veces el único método posible para acceder a zonas escarpadas o de difícil acceso para las patrullas forestales. El problema al que se enfrentan las aeronaves es que, si hace mucho calor (más de 35 grados), los miles de litros de agua pueden llegar a evaporarse en su caída en lugar de extinguir las llamas.

El viento se deja sentir sobre todo en zonas de montaña, donde el fuego puede correr con más rapidez. Si a ello se une que la sequía y las zonas verdes han dejado paso a paisajes ocres y secos, las consecuencias para el medio ambiente pueden ser nefastas.

El Plan de Protección de Emergencias por Incendios Forestales, más conocido como Infoma 2006, cuenta este año con 2.600 profesionales, que dispondrán de 380 vehículos y 10 helicópteros. La inversión prevista para impedir que los fuegos arrasen los montes madrileños es de 32 millones de euros, lo que supone un 7% más que en 2005.

El plan se desarrollará hasta el 15 de septiembre. De los 2.600 profesionales, 1.315 serán bomberos; 840 agentes, técnicos forestales y personal de las cuadrillas de retén y 395 personas que cubrirán labores de apoyo.

Todo este personal cuenta con 378 vehículos, de los que 163 serán camiones autobombas y 4 los denominados vehículos de alta movilidad táctica (Vamtac), que sirven para trasladar a las cuadrillas a los lugares de más difícil acceso. El dispositivo estará controlado desde el aire por 10 helicópteros, uno más que la temporada anterior, según fuentes del Gobierno regional.

De esas 10 aeronaves, 6 están destinadas a las brigadas aerotransportadas, con base en Lozoyuela, Cercedilla, San Martín de Valdeiglesias, Arganda del Rey, Valdemorillo y Bustarviejo. Dos helicópteros bombarderos (destinados al lanzamiento de agua) estarán en Las Rozas y San Martín de Valdeiglesias.

La Comunidad de Madrid enviará hoy, sábado, un grupo de 35 bomberos voluntarios en lo que constituirá el segundo relevo de los efectivos desplazados a Galicia desde el pasado lunes para colaborar en la extinción de los numerosos incendios forestales activos. El primer contingente de relevo, equipado con material de recambio y sanitario, partió la noche del jueves en autobús, según explicó el consejero de Presidencia, Francisco Granados, quien aseguró que esta colaboración "continuará hasta que se regularice la situación".

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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