"Papá, se han llevado tu coche"
Un dato que ha ayudado a la policía de Hortaleza a detener a Jardelino como supuesto autor de numerosos robos de coches es el testimonio de un hijo de uno de los afectados por los robos. Jardelino solía llevarse los coches al mediodía, cuando sus dueños estaban en casa almorzando. Este joven explicó que estaba tranquilamente en casa, mientras su padre trabajaba, cuando a través de la ventana vio que una grúa se detenía a la altura de la calle donde estaba, correctamente aparcado, el coche de su padre.
Se fijó en el camión grúa y vio que un hombre de unos cuarenta años se apeaba de la cabina y empezaba los preparativos para cargar el coche de su padre.
No le dio importancia y no hizo nada. Pensó que su padre, que no estaba en casa en ese momento, había alertado a la grúa desde el trabajo para que se llevaran de allí el coche. En este caso se trataba de un vehículo antiguo. El hombre miraba para todos los sitios, pero actuaba con total tranquilidad.
La sorpresa llegó después. Cuando su padre llegó luego a casa, el menor le preguntó que adónde había llevado el coche. "A ningún sitio, está ahí...". "Pues se lo ha llevado una grúa esta tarde", le dijo el menor. "Pero ¿qué me estás diciendo de una grúa?", repuso airado el padre.
El hombre miró por la ventana y sólo pudo ver el hueco de la calle en el que tenía estacionado el coche. El menor dio un detalle importante: la cabina del camión grúa era de color blanco y tenía el siguiente rótulo: "Grúas 1.000 Lagos". También facilitó una descripción física del gruista.
La policía de Madrid montó el operativo para tratar de localizar a la grúa sospechosa. Y hubo éxito. Jardelino se dejó ver con dos coches cargados.
Lo que estaba sucediendo en algunas zonas de Madrid, especialmente en el área de Fuencarral-El Pardo, no era normal. Lo habitual es que los vehículos robados aparezcan más tarde o temprano. Unos quemados para borrar huellas, otros totalmente desmantelados, pero lo frecuente es que sean hallados con posterioridad.
En este caso, las denuncias por desapariciones de coches se sucedían y de los coches nada se volvía a saber nunca más.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.