Calma con un toque de cautela
Las 400 empresas españolas presentes en Cuba mantienen sus planes y no esperan grandes cambios
Castro Ruz (Raúl) sustituye a Castro Ruz (Fidel) al frente de Cuba: ningún cambio que levante temores ni tampoco esperanzas en las 400 empresas españolas establecidas en la isla de forma permanente. La postura de todas ellas podría resumirse con tres palabras: normalidad, tranquilidad y continuidad. Y, como si de una consigna se tratase, ninguna de las compañías consultadas valora la situación que se abrió el pasado martes. En definitiva, prudencia y mucha expectación.
Para Fernando Puerto, director de Relaciones Internacionales del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, hay que afrontar la situación con "mucha calma". El pasado martes, Fidel Castro tuvo que alejarse del poder por primera vez en 47 años. "Ver en estos momentos lo que puede pasar es difícil, pero en principio se mantiene la actividad normal", afirma Juan Arenas, presidente, por parte española, del Comité de hombres de negocios hispano-cubano. A su juicio, hay razones para la tranquilidad, la primera que "los intereses económicos de España en Cuba son sólidos y tienen un peso importante en la economía del país".
Cuba es el mayor consumidor per cápita de productos españoles en Iberoamérica y hasta 2005, España fue el primer suministrador de la isla, excluyendo a Venezuela por las exportaciones de petróleo y el intercambio en las esferas de la salud y educación. Este año, China sobrepasó a España en un 15%, según la oficina económica y comercial de España en La Habana.
Cuba figura en el cuarto lugar de las exportaciones españolas, sólo por detrás de México, Brasil y Bahamas, y por delante de Argentina y Chile. En 2005, España vendió a Cuba por valor de 487,9 millones de euros, un 12,88% más que en el año anterior. En los cinco primeros meses de 2006, las exportaciones se incrementaron un 45%. Las importaciones en 2005 ascendieron a 137,8 millones, con un aumento del 5,41%. La antigua colonia es uno de los pocos países con los que España mantiene un saldo positivo en la balanza comercial.
Para Víctor Moro, presidente de la asociación de empresarios españoles presentes en Cuba, la situación "no debe afectar a las empresas españolas, de hecho ayer se firmó un contrato de siete millones". "Los directores económicos siguen siendo los mismos", dice en referencia a Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado y el principal artífice de la apertura económica de los noventa, y Francisco Soberón, presidente del Banco Central, que pertenecen a la dirección colectiva que ha asumido el poder en ausencia de Fidel. El valor total de la inversión asciende a más de 1.000 millones de dólares (775,9 millones de euros), aunque las autoridades cubanas no facilitan datos oficiales por temor a las posibles represalias de la Ley Helms-Burton contra sus socios extranjeros. Sol Meliá, Barceló, Altadis, Repsol, Cajamadrid, Agbar, Banco Sabadell, Iberia o Caja de Ahorros del Mediterráneo son algunas de las 400 empresas españolas presentes en la Gran Antilla, según la oficina económica y comercial de la Embajada. En total, el 20% de las 250 empresas mixtas (de capital cubano y extranjero) que hay en la isla, son españolas.
La primera entre las grandes empresas españolas con presencia en Cuba, la cadena hotelera Sol Meliá, llegó hace 16 años. En los 21 establecimientos que gestiona se aloja el 30% de los turistas que visitan Cuba. "No hemos cambiado nada, ni hemos modificado nuestros planes", declaran desde la empresa balear. "Hoy seguimos igual que ayer".
Tampoco ha cambiado sus planes el grupo Barceló. "Observamos con preocupación la salud de Castro, pero no tememos que la situación nos afecte", afirman. De los tres hoteles que gestionan en la actualidad quieren pasar a ocho o nueve en 2008.
Junto con el turismo, el otro gran sector de la inversión española es el tabaco. Altadis, compañía hispanofrancesa, debe su liderazgo mundial en los cigarros a marcas míticas como Cohíba, Montecristo o Romeo y Julieta, y esto es posible porque posee el 50% de Corporación Habanera, operación que costó 500 millones de dólares (387,8 millones de euros) en su momento. Según la empresa, en 2005 ingresó 132 millones de euros de la sociedad participada junto con el Estado cubano. Su postura no presenta diferencias con el resto: "Altadis tiene vocación de continuidad en Cuba".
La presencia española abarca también finanzas y servicios. Cajamadrid llegó en 1998 y creó, junto con el Estado cubano, la Corporación Financiera Habana. En 2005 obtuvo unos beneficios de 2,4 millones de euros. La entidad madrileña no realiza declaraciones.
La mejor ayuda
Tan importante como la telaraña de los intereses comerciales en Cuba es la presencia de empresas que ofrecen servicios o tienen contratos de administración en la isla, aunque no exporten mercancías.
La distribución del agua en la ciudad de La Habana, por ejemplo, corre a cargo de una empresa participada por Aguas de Barcelona . La compañía catalana habla de "máxima tranquilidad". "Tenemos unos contratos que se ajustan a la ley cubana y a ellos nos remitimos", declaran fuentes del grupo. "Las relaciones siempre han sido correctas y fructíferas. No estamos preocupados por nada" concluyen.
La presencia de las empresas españolas es para Fernando Puerto, el director de Relaciones Internacionales del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, la mejor ayuda que se puede prestar en estos momentos al pueblo cubano. "Pase lo que pase" afirma Puerto, "la solución será la que quieran ellos [los cubanos], y ésta es la mejor forma de apoyarles".
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