El populismo no eclipsa América Latina
Empresas, seguros y agencias de riesgo creen que se impondrá el pragmatismo y reafirman su apuesta por esta región
El año 2006 es crucial para América Latina. Está marcado por dos tendencias preocupantes, un cierto desencanto con sus regímenes políticos y presiones para el abandono de una ortodoxia que se identifica con EE UU, y por los 14 procesos electorales abiertos en el año. Aseguradoras de crédito a la exportación y gestores del riesgo país apuestan, sin embargo, por la recuperación del rigor económico, una vez superados los comicios, y por la continuidad del crecimiento.
México volvió a ser en 2005 el país latinoamericano que recibió una mayor entrada neta de inversión extranjera directa, seguido por Brasil
Un informe de Euler-Hermes, líder mundial en seguro de crédito a la exportación, asegura que "la reciente experiencia de los Gobiernos de centro izquierda / populistas hace pensar que, en el periodo poselectoral, el pragmatismo podría convertirse en palabra clave. El radicalismo ha labrado su camino bajo la presidencia de Chávez en Venezuela y tal vez también de Morales en Bolivia, pero el fenómeno se ha producido allí donde los políticos y las instituciones tradicionales son débiles, y donde los recursos naturales son la base de la economía y la vaca lechera de las políticas redistributivas".
Los resultados en Perú, donde el socialdemócrata García se impuso al populista Humala, parecen confirmar el optimismo de los analistas respecto al pragmatismo en los países más avanzados del cono sur. Y es que pragmatismo es la palabra que los analistas utilizan para definir las políticas del presidente brasileño, Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores, que ha dado prioridad a la estabilidad macroeconómica, al igual que hizo el presidente argentino, Kirchner, pese a su nacionalismo, y el uruguayo Vásquez.
El informe de Euler-Hermes recuerda que, en enero, Chile "ha votado por la continuidad del rigor económico eligiendo a otro dirigente del partido socialista, y con la reelección del presidente Uribe, Colombia podría conservar también la ortodoxia económica".
México y Brasil
En México, las incertidumbres derivadas del estrecho margen por el que el conservador Felipe Calderón ganó las presidenciales del 2 de julio a López Obrador, "un populista más pragmático que radical, reflejo de un crecimiento falto de vigor, de un presidente debilitado y de una pérdida de favor del partido tradicional", tampoco parece preocupar en exceso a los analistas e inversores. El cuadro institucional en México "es más sólido que en Venezuela y Bolivia, y además es poco probable que el nuevo presidente obtenga mayoría en el Congreso y deberá recurrir a una financiación externa", explican.
La convocatoria de elecciones en Argentina en 2007 no parece preocupar a los técnicos de Euler, para quienes "Kirchner está bien situado para la reelección, incluso aunque su homólogo heterodoxo haga planear dudas en cuanto a la perennidad del crecimiento".
En línea con Euler, su mayor competidor, la francesa Coface, dice en un informe que el crecimiento de la región "se mantendrá en un nivel satisfactorio", mientras que "el buen desarrollo de las elecciones y las resistencias de las economías a las posibles tensiones constituirán un indicio de la solidez de los logros económicos".
Por su parte, la española CESCE mantiene abiertas, sin restricciones, las coberturas de riesgo para las operaciones comerciales a corto y medio plazo, con restricciones cuantitativas para operaciones a largo plazo en países como Argentina, Bolivia o Venezuela.
Un informe de La Caixa corrobora también estas optimistas previsiones. Afirma que la economía de Brasil "sigue firme la línea de estabilidad macroeconómica, asentando su crecimiento, con una inflación cada vez más controlada y unas finanzas públicas que, pese a los intereses de la deuda, siguen haciendo gala de rigor y austeridad". Mientras que sobre Argentina apunta que la economía sigue "con su proceso expansivo, con un vigor que bate las expectativas más optimistas y que ha llevado al país a superar ya ampliamente los niveles previos a la crisis".
México, por su parte, volvió a ser en 2005 el país latinoamericano que recibió una mayor entrada neta de inversión extranjera directa, 17.804 millones de dólares, el 28,9% de los 61.600 millones invertidos en la región ese año, cifra similar a la de 2004, de acuerdo con los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Brasil fue el segundo país en entradas de inversiones, con 15.193 millones, seguido de Chile (7.208 millones), país que la CEPAL califica como "el gran foco de captación de inversión extranjera en Latinoamérica". Perú, Ecuador y Venezuela registran también incrementos significativos en sus entradas de inversión extranjera, y Bolivia es el único que tiene salidas netas de capital por 279 millones de dólares.
Desde el punto de vista de las multinacionales españolas, la respuesta es unánime: "No hay miedo y no existe un síndrome de huida". La inestabilidad política y las incertidumbres económicas y jurídicas derivadas del neopopulismo no asustan, y todas nuestras empresas están decididas a seguir y a aumentar sus inversiones para potenciar su papel en la región.
"En Latinoamérica hay futuro, y de lo que se trata es de invertir y diversificar donde se pueda". Estas palabras pronunciadas por el director de estudios de Repsol YPF, Pedro Antonio Merino, en un reciente seminario organizado por Altadis y el El Nuevo Lunes resumen el pensamiento común de los ponentes. Todos, altos directivos de las grandes inversoras en el centro y sur de América, como José Juan Ruiz (director de estrategia del Santander), Luis Rivera (director general de Endesa) y Javier Delegado, de Telefónica Internacional, coincidieron en afirmar que han ido a estos países para quedarse "muchos años", aunque reclaman una mayor "estabilidad regulatoria y seguridad jurídica".
Unos elementos de riesgo que son también el eje del último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que se constatan las denuncias recibidas por las empresas europeas con intereses en América Latina, sobre "competencia desleal, escasa cultura de pagos y problemas relativos al cumplimiento de los contratos".
La mayoría de las empresas europeas justifica su "vocación de permanencia" en las oportunidades que sigue ofreciendo esta región, que tiene un "fuerte potencial de crecimiento, recursos naturales y una creciente inserción en el comercio mundial".
Los empresarios valoran positivamente los avances en la liberalización comercial en la región, como los tratados de libre comercio firmados por la UE con México y Chile, además de las negociaciones, más o menos avanzadas, para suscribir tratados similares con Mercosur, los países de América Central y el bloque andino.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.