Robo de cocaína en la sede de la policía

"Había sido una operación brillante y nos han traicionado desde dentro". Fue una de las afirmaciones que trasladó uno de los responsables de la lucha contra la droga al conocerse el robo de más de 20 kilos de cocaína de un alijo que permanecía bajo custodia del Cuerpo Nacional de Policía en dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Valencia. Fue el pasado lunes cuando el hecho se puso en conocimiento de la autoridad judicial. Y se hizo con una sospecha clara: no había sido ni un despiste ni un error, sino un robo que sólo podían haber cometido agentes policiales.

Desde entonces, silencio de los responsables policiales al amparo del secreto de sumario, con Alejandro Valle, jefe superior, al frente. Valle afirmó a este periódico el día que se conoció el robo: "No tengo nada de que informar". En marcha está una investigación interna de la propia Jefatura Superior de Policía, a cargo de la comisaria María Pilar Allué, la segunda en la cadena de mando, con la brigada de Seguridad Ciudadana. Y paralelamente, aún con mayor discreción, una investigación de la Brigada de Régimen Interno, con sede en Madrid. Aún no se ha depurado responsabilidad alguna.

La Jefatura Superior de Policía de Valencia sólo habló para precisar que el robo no había sido de parte de un alijo de 427 kilos de cocaína incautado en el puerto el 13 de julio, sino de una operación más reciente (el decomiso de 513 kilos también en el puerto de Valencia realizado el 26 de julio). Era miércoles. ¿Qué pasó hasta el lunes, cuando se dio cuenta del robo al juzgado? Aún no se sabe. Fuentes de la investigación explican que el robo se conoció entre el jueves y el viernes, que el domingo se comunicó, aunque no oficialmente, a la fiscalía, y que el lunes, cuando ya se habían hechos diligencias internas que descartaban el robo desde fuera, el error o el despiste, se presentó denuncia. Oficialmente, la policía afirma que lo supo el lunes y lo comunicó el lunes.

El alijo estaba en el interior de una furgoneta aparcada en el patio interno de la sede de la Jefatura, en el centro de la ciudad. Es una dependencia descubierta, de escasos 200 metros, sin barreras arquitectónicas que dificulten la visión. Está habitualmente vigilado al menos por dos agentes, que impiden no sólo la entrada si no se es policía nacional o persona debidamente autorizada, sino también aparcar en las inmediaciones del acceso. Cámaras de vídeo vigilan la acera que conduce hacia la entrada, el acceso principal y las dependencias que conducen a ese patio. ¿Cómo pudieron esfumarse más de 20 kilos de cocaína? La Dirección General de la Policía espera que se levante el secreto para poder explicarlo.