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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Azcona, escritor realista

Casi diez años después de que Azcona recuperase dos novelas y un relato de su obra estrictamente literaria de juventud en Estrafalario, 1 (Alfaguara, 1996) vuelve a publicar la segunda en verdad de sus novelas de entonces (tras Los ilusos), Los europeos (primera edición, 1970), que por no pasar la censura de la época tuvo que aparecer fechada en París. Azcona participa del humor, el grafismo, la narración, el cuento y algunos breves poemas de juventud, y todo ello teñido de un sadomasoquismo que Bernardo Sánchez resumen en Rafael Azcona. Hablar el guión con una frase: Azcona, "cuando resta suma". Aunque el guionista y escritor califica su obra de juventud como de "género estrafalario", Los europeos no es una novela "estrafalaria", sino cercana al universo de Ignacio Aldecoa. De hecho, creo que ambos escritores coincidieron en Ibiza, en el pueblecito de San Antonio, escenario principal de esta novela de trasfondo generacional y técnica realista.

Los europeos

Rafael Azcona. Tusquets. Barcelona, 2006. 304 páginas. 18 euros.

Rafael Azcona. Hablar el guión

Bernardo Sánchez. Cátedra. Madrid, 2006. 486 páginas. 18 euros.

De todas formas, el caso de Los europeos es bastante singular, ya que constituye una excepción dentro de la abundante obra de Azcona. Es una obra en principio "respetada", pese a su reescritura, que se ha limitado a un "peinado" bastante superficial, sin los profundos cambios a los que sometió los textos de Estrafalario, 1. Si acaso, ha acentuado todos los elementos que concurrieron a hacer "censurable" la primera edición. Y además, se trata de un texto autónomo, exento de toda elaboración o adaptación a las que ha sometido muchas de sus obras de entonces. Azcona era sobre todo conocido por sus trabajos en La Codorniz, adonde había llegado de la mano de Antonio Mingote, a través sobre todo de El repelente Niño Vicente. Luego vendrían Los muertos no se tocan, nene y El pisito (novela de amor e inquilinato), la primera adaptación que hizo para Marco Ferreri, abriéndole las puertas de su carrera de guionista, que continuó después con El cochecito, extraído de su mejor libro de entonces, Pobre, paralítico y muerto. Luego vinieron Cuando el toro se llama Felipe y su primera novela verdadera, Los ilusos (1968). Fue entonces cuando irrumpió Los europeos.

Miguel Alonso, el protagonis

ta de la novela, es un joven delineante de origen aragonés, que vive en Madrid realquilado, en una casa humilde, que es un buen profesional y que tiene un amigo bastante tarambana, hijo de su jefe, al que convence para que le subvencione una estancia en Ibiza mediante una paga extraordinaria, mientras él se va a un congreso de arquitectura. Ibiza no está muy de moda por entonces, y el hijo tarambana, que intenta ingresar en la escuela de arquitectura, convence a su padre de la conveniencia de estudiar la rural ibicenca, pero con la secreta intención de "ligar" con las "europeas libres" que frecuentan los veranos de la isla. La estancia en Ibiza les someterá en un vértigo de personajes que terminará mal. Pues Miguel se enamora de un personaje inolvidable, la francesa Odette, que puede llegar a ser la mujer de su vida, con la que hasta sueña en casarse, pero cuyo inesperado embarazo pondrá punto final a la historia de su amor. Pero a Rafael Azcona su colaboración en el cine le había abierto la incontenible carrera de guionista que se multiplicaría en más de cien películas (casi doscientas, según Basilio Sánchez, que lo resume todo en un calidoscopio, mejorable y desordenado pero completo, y donde abundan las obras maestras: El verdugo, Tamaño natural, La gran comilona...). Sí, Azcona cuando resta suma, exagera hasta el disparate o el delirio, pero el fondo realista inicial está aquí, preservado, respetado y secreto.

Rafael Azcona (tercero por la izquierda), en 1957, durante el rodaje de 'El pisito', de Marco Ferreri.
Rafael Azcona (tercero por la izquierda), en 1957, durante el rodaje de 'El pisito', de Marco Ferreri.

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