Medio Ambiente advierte de que el crecimiento de Málaga es insostenible

Los nuevos planes urbanos de la provincia suponen triplicar la población en 11 años

Málaga - 02 ago 2006 - 00:00CEST

La delegación provincial de Medio Ambiente calcula que se construirán un millón de pisos nuevos en Málaga en 11 años. Esta cifra resulta de la suma de las previsiones incluidas en los futuros planes urbanísticos de la provincia. La Junta de Andalucía alerta de la pérdida de calidad de vida con unos incrementos de construcción que "no soporta ningún territorio" y unos recursos naturales que no evolucionan al mismo ritmo.

El doble de casas y el triple de población en poco más de una década "no lo soporta ningún territorio", según la Junta. Pero los distintos planes urbanísticos que tramitan los municipios malagueños andan ya por esas cifras. Ya no se trata de denunciar el avance del ladrillo sino de evitar "la pérdida de calidad de vida" que puede sufrir la provincia de aquí al 2017, según indicó ayer Ignacio Trillo, delegado provincial de Medio Ambiente.

Su aviso coincide con el momento en el que la mayoría de los municipios ha remitido sus planes urbanísticos a la Junta.Esas propuestas suponen pasar de 1.004.000 habitantes -según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)-, a más de tres millones en 11 años. La oferta inmobiliaria se doblará desde las 956.000 viviendas actuales a 1,9 millones. Los vehículos pasarán de 931.000 a más de dos millones. La energía eléctrica necesaria para cubrir la demanda de la nueva población se incrementaría de seis a más de 14,5 millones de megavatios.

La Comisión Provincial de Urbanismo -responsable del visto bueno definitivo a los planes municipales- "tendrá que valorar estos datos", añadió el delegado, que apeló "a la racionalidad" de las administraciones" para que el crecimiento urbanístico avance de "forma ordenada, armoniosa y teniendo en cuenta que los recursos naturales son limitados".

Segundo año de sequía

El delegado de Medio Ambiente presentó ayer las imágenes de un control por satélite de la provincia con el director general de la Cuenca Mediterránea Andaluza, Antonio Rodríguez Leal. Las fotografías tomadas por un sensor facilitarán el control municipal del uso del agua potable.

Rodríguez Leal pidió a todos los alcaldes de la provincia que sean "consecuentes con la situación que estamos viviendo en un segundo año de sequía tremenda". De momento, la Cuenca no ha previsto cortes de agua pero teme que puedan producirse problemas "puntuales" en las poblaciones que se abastecen de agua subterránea.

La provincia contará, a medio plazo, con "dos grandes" infraestructuras que dotarán de más recursos a Málaga, según Rodríguez Leal. En concreto, se refirió a la segunda desaladora de la Costa del Sol occidental y a la conducción Cerroblanco-El Atabal.

Más de 33.000 piscinas

Las imágenes del satélite Ikonos compradas por la Junta de Andalucía muestran 33.005 piscinas en el área de los 18 municipios malagueños afectados por el decreto de sequía. Todas ocupan una superficie superior a los dos millones de metros cuadrados. Marbella es la que más tiene (8.004), frente a Cártama, la última de la fila con 1.128, según muestran las imágenes tomadas en primavera. El sensor ha determinado que el 49% no estaban depuradas, ya que presentaban un color oscuro por la turbidez o las algas. El 95% estaban llenas, lo que supone casi 3 hectómetros cúbicos de agua. El número no preocupa a la Junta. Pero que "se vaciaran ocho o diez veces sería inasumible", según Antonio Rodríguez Leal, director de la Cuenca Mediterránea Andaluza. El seguimiento por satélite no servirá para detectar si derrochan agua. Ese es un trabajo que corresponde a los ayuntamientos, que recibirán estos datos en octubre.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez

Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.