_
_
_
_
Reportaje:La transformación de los cascos viejos

Un barrio a la espera de solución

Vitoria ha dado la espalda al casco antiguo mejor conservado de Euskadi

Hace cien años, la ciudad de Vitoria no pasaba de su casco viejo y cuatro calles más allá de la plaza de España proyectada por Justo Antonio de Olaguibel. El resto: huertas, conventos y cuarteles. Hasta 1950, la vida de la ciudad latía en las calles Pintorería, Correría, Cuchillería o Zapatería. Hoy, el barrio antiguo mejor conservado del País Vasco, la vieja almendra medieval, languidece abandonado por todos los teóricamente interesados en su supervivencia: el Ayuntamiento, los comerciantes, los vecinos del barrio... Sin olvidar al resto de los vitorianos.

"El momento en el que la ciudad da la espalda a su casco antiguo llega cuando se construye la catedral nueva; entonces, los burgueses ya no tienen necesidad de subir a misa hasta la vieja seo, el único lazo que les unía al barrio antiguo", recuerda el Antonio Rivera, catedrático de Historia Contemporánea de la UPV. "Además, tampoco es un lugar de paso, su geografía [es una colina] invita más a rodearlo que a cruzar por sus calles", añade.

"El Casco Viejo necesita la implicación del Ayuntamiento para salir adelante"
Más información
La ciudad del pasado encara el futuro

En los setenta, comienzan a cerrar los comercios centenarios, mientras el vecindario envejecía. A principios de los ochenta, el barrio se reconvierte en zona de copas alternativa, lo que devolvió cierta vida al barrio. Una euforia juvenil que provocó, al mismo tiempo, el resurgir comercial en la calle Correría, sin olvidar los impulsos institucionales que llevaron a la apertura del Centro Cultural Montehermoso y a la rehabilitación de calles y viviendas.

Poco más de un decenio de euforia. Con el cambio de siglo ya se vislumbra la nueva configuración del barrio medieval: un lugar marginal dominado por la izquierda abertzale, donde se establece la comunidad musulmana, de origen magrebí. Los residentes se quejan del abandono en el que los mantiene el Consistorio. Así lo reconoce Iñaki Nuño, portavoz de Gasteiz Txiki, la principal asociación de vecinos: "El Ayuntamiento propone soluciones de escaparate, pero no se preocupa de resolver necesidades básicas, como el acceso al centro de salud".

Javier Mendoza, uno de los comerciantes que más han luchado por un nuevo casco viejo, está cansado. Mucho tiempo en busca de una solución, que él ve clara: "El Casco Viejo, sólo con sus agentes económicos, no puede salir adelante. Es imprescindible la implicación del Ayuntamiento, una iniciativa mixta, porque hay problemas como la seguridad, la limpieza, el aparcamiento o los accesos que no los pueden resolver los residentes". Mendoza considera que el problema principal reside en que el barrio se ha convertido en la principal arma en el enfrentamiento político. "Es increíble que el PNV amenace continuamente al alcalde con no apoyar la aprobación del PERI del casco medieval aunque no venga a cuento, como cuando se debatió sobre la plaza de toros".

El portavoz de los comerciantes defiende un casco viejo plural, "al que puedan acudir todos los vitorianos y los turistas, sin complejos". De momento, se vislumbra algún cambio: parece que hasta siete grandes cadenas de comercios (Adolfo Domínguez, Coronel Tapioca, entre otros) pretenden abrir sus puertas en el barrio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_