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EE UU desplegará más tropas en Bagdad para combatir la creciente inseguridad

Bush reconoce que la situación provocada en Irak por la violencia sectaria es "terrible"

El presidente Bush anunció ayer, después de reunirse con el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, que en las próximas semanas habrá más soldados estadounidenses e iraquíes en las calles de Bagdad, en las que en un día cualquiera pueden morir hasta 100 personas de forma violenta. Las tropas vendrán de otros lugares de Irak en los que la situación está más controlada. "Nuestros mandos me han dicho que este despliegue reflejará mejor las actuales condiciones sobre el terreno", dijo Bush, que no tuvo problema para calificar de "aún terrible" la inseguridad en la capital iraquí.

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La nueva estrategia, añadió el presidente, implicará "la inclusión de un número más elevado de policía militar de EE UU en las unidades de la policía iraquí para que sean más eficaces". Además, los iraquíes han pedido más y mejor equipamiento militar, "y se lo vamos a dar" para que tengan "mayor movilidad, capacidad de fuego y protección".

La tarea de este refuerzo de tropas será "garantizar la seguridad individual en los barrios, asegurar la existencia de una presencia de seguridad iraquí y aumentarla gradualmente". Las condiciones, concluyó Bush, "cambian dentro del país; la pregunta es si seremos lo suficientemente ágiles como para abordar estos cambios de situación, y la respuesta es que sí".

Ni Bush ni Al Maliki -que denominó la iniciativa como "segunda fase del plan de seguridad" y que el plan contaba con el apoyo del Gobierno y del Parlamento- concretaron los números del refuerzo, pero fuentes del Pentágono hablaron de "algunas compañías de policía militar, entre 500 y 1.000 hombres, además de un escuadrón de caballería y un batallón de tropas de artillería". Por parte iraquí, las mismas fuentes hablaron del desplazamiento a Bagdad de al menos dos brigadas. En la capital iraquí hay ya unos 30.000 soldados norteamericanos -algo más de la cuarta parte del total del despliegue- y un número similar de policías y soldados iraquíes.

El anuncio de ayer demuestra que el plan inicial de seguridad para Bagdad que el primer ministro Al Maliki presentó hace mes y medio a Bush con ocasión de su visita sorpresa a Bagdad no está dando resultados. Los escuadrones de la muerte y las milicias armadas siguen actuando. Durante la segunda semana de julio, según fuentes militares, hubo una media de 34 atentados e incidentes con armas cada día, un 40% más que durante el mes anterior. Prácticamente todas las operaciones recientes contra milicias armadas han sido en Bagdad, "claramente el centro por el que todo el mundo está peleando", en palabras del general William Caldwell, portavoz del Pentágono, que añadió: "Haremos lo que sea necesario para garantizar la seguridad en Bagdad".

Bush dio las gracias a Al Maliki, con el que también habló de la crisis de Líbano, "por su valor y por el valor de los iraquíes" y le aseguró que EE UU "está con ellos". Los terroristas y extremistas, añadió, "son brutales, y quieren desestabilizar el país". Pero "el primer ministro me ha dicho que no se dejarán asustar". El presidente llamó la atención sobre los avances en otras partes, como la transferencia de las responsabilidades de seguridad a las autoridades iraquíes en la provincia de Muthanna. "Es el principio de lo que va a seguir haciéndose; la situación es difícil en Bagdad, pero en muchos otros lugares hay progresos". Al Maliki habló del "éxito" de esta transferencia y pronosticó otras: "Estamos decididos a derrotar al terrorismo". En esta segunda fase del plan de seguridad, añadió, el objetivo es "perseguir a los terroristas y sus redes y eliminarles". El elemento más importante es "frenar la violencia religiosa"; no puede haber "asesinatos ni discriminación contra ningún grupo". Al Maliki aseguró que sus iniciativas de integración de suníes están funcionando y que "no habrá guerra civil en Irak, Dios mediante".

La inseguridad y los escasos avances del programa de reconciliación de Al Maliki indican que se está esfumando "la última posibilidad de evitar la guerra civil", según The Washington Post, que cree que lo más urgente es que el primer ministro y los demás dirigentes actúen "rápida y agresivamente para llegar a acuerdos sobre el futuro de Irak", especialmente en la integración de los suníes y el desmantelamiento de las milicias.

El primer ministro iraquí llegó a Washington procedente de Londres, donde se reunió con el primer ministro, Tony Blair. Blair estará en Washington el viernes para abordar con Bush la situación en Irak y la crisis de Oriente Próximo. Al Maliki hablará hoy ante el Congreso de EE UU.

El primer ministro de Irak, Nuri al Maliki (izquierda), y el presidente de EE UU, George W. Bush, al término de su rueda de prensa en Washington.
El primer ministro de Irak, Nuri al Maliki (izquierda), y el presidente de EE UU, George W. Bush, al término de su rueda de prensa en Washington.REUTERS

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