"Con dinero se vive bien en cualquier parte"
Los medios de comunicación son los culpables de la mala imagen de los palestinos, afirma con rabia Husam Lubbadesh. Defiende que sus compatriotas viven "normalmente, como nosotros". Las bombas y los ataques terroristas, decía a mediados de junio, cuando se realizó la entrevista, sólo salen en las cadenas de televisión españolas y recomienda ver telediarios de Oriente Próximo. "Cuando está metido el Estado de Israel en medio, todos los medios manipulan", asegura.
Sin embargo, poco después, durante la conversación, Lubbadesh se queja de la situación en la que viven sus antiguos conciudadanos de Nablús: "Son prisioneros en su propia tierra; Nablús es un campo de concentración, está tomada por los tanques". Y achaca a la pasividad occidental el que esta circunstancia se perpetúe. "Los europeos tienen la obligación de arreglar lo que ellos han creado, porque el Estado de Israel lo han creado Europa y Estados Unidos", argumenta. También afirma que teme por su familia, que sigue viviendo allí: "Les puede pasar cualquier cosa". Y pide un poco de comprensión: "Lo que aquí llamáis ataques terroristas, no son sino actos de desesperación; es la terrible situación que viven la que les lleva a hacer estas cosas".
"Echo de menos el olor de mi tierra, pero el ser humano no es distinto en un lugar u otro"
Lubbadesh tiene la nacionalidad española y vive desde hace 30 años en Euskadi, donde se casó con una mujer de Santurtzi, Rosa, con la que tiene dos hijos, un chico y una chica.
A pesar de haber rehecho su vida entre nosotros, Lubbadesh no deja de pensar en su tierra y en su regreso, pero dice que son "los judíos" los que no le dejan volver. "He hecho mi vida aquí, pero lo triste de nosotros es que allí nos consideran extranjeros y aquí también. Echo de menos el olor del aire de mi tierra. El jazmín en flor del camino de acceso a mi casa. A la gente, no mucho. Al fin y al cabo, el ser humano no es tan distinto en un lugar u otro", relata.
Rosa, su mujer, recuerda perfectamente la imagen de los palestinos que se tenía cuando conoció a Lubbadesh hace treinta años: "Eran personas que secuestraban aviones". Y se une a su marido a la hora de confirmar que en Occidente se tiene una imagen "distorsionada" del pueblo palestino. "Cuando nos casamos y yo visité por primera vez su país, iba yo con mis 21 años y no había visto nada del mundo. Pensaba que me iba a encontrar todo muy diferente y no fue así. A las mujeres se les trata igual que aquí", comenta Rosa, que alaba el alto nivel cultural de los palestinos. "La primera vez que fui a Nablús, mi sorpresa fue que, estando en la casa de los hermanos de mi marido, subió el portero y, al ver que yo era extranjera, me habló en inglés. Me enseñó una lección de humildad".
Para luchar "contra los estereotipos" en relación con los palestinos ha sido por lo que Lubbadesh y Rosa han creado el Centro Cultural Palestino Biladi. "Queremos dar a conocer nuestra cultura, la vida, las costumbres. También el conflicto palestino-árabe", explica Lubbadesh. En Vizcaya, dice, son seis familias palestinas, con hijos ya mayores. "Es la segunda generación y tenemos casi ya la tercera generación aquí. Tenemos una deuda con ellos y tenemos que contrarrestar de alguna manera la mala información que reciben sobre la vida allí", explica Lubbadesh.
Él lo ha hecho con sus propios hijos, facilitándoles el que puedan viajar no sólo a Nablús, sino a cualquier lugar de Oriente Próximo y de todo el mundo. "Viajar es muy importante, conocer otros lugares. Esa es la verdadera cultura, la mejor universidad", afirma.
Lubbadesh dice contar con pocos amigos en Euskadi, pocos pero muy escogidos. "La amistad es una cosa muy seria", filosofa. Asegura que no se ha sentido discriminado, aunque sí ha visto actitudes racistas. "En todos los países hay racismo. Es algo que todo ser humano lleva dentro. Lo importante es saber luchar contra ello", comenta. Lo que digan los demás de él, dice, no le afecta: "Pienso que quien así habla es bobo e ignorante". Pero sí le duele cuando la crítica proviene de "los medios de comunicación, los miembros del Gobierno y de quienes están en el poder".
Cree que en el País Vasco se vive bien, pero no le da importancia. "Con dinero se vive bien en cualquier parte", asevera.
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