Arabia Saudí se rearma frente a Irán

El dictador iraquí Sadam Husein invadió Kuwait en 1990 y amenazó a Arabia Saudí. Para Riad era un vecino incómodo, pero era suní y era, por tanto, un dique frente al expansionismo chií de Irán.

Su derribo por el Ejército de EE UU, en 2003, ha permitido a Irán acrecentar su influencia en un Irak mayoritariamente chií. La última crisis líbano-israelí ha reforzado también el peso de Teherán, principal valedor de la milicia islámica Hezbolá.

Con el lenguaje cauto con el que se suele expresar, Riad ha manifestado su inquietud apuntando a la responsabilidad de Hezbolá y a la de los "elementos que están detrás". "Somos partidarios de que el Gobierno libanés extienda su control sobre todo el territorio", afirmó el príncipe Saud el Faisal, ministro de Exteriores.

El régimen wahabita tiene motivos para preocuparse ante el expansionismo iraní. El primero es que dentro del reino hay una minoría chií, evaluada en medio millón de habitantes y concentrada en la costa oriental, allí donde está el petróleo. Pese a ello, su nivel de vida es el más bajo del país y no ocupan puestos relevantes en la Administración o el Ejército.

El segundo motivo de la preocupación del régimen saudí es que, una vez más, se ve obligado a hacer equilibrios entre una opinión pública que simpatiza con Hezbolá y con los palestinos de Hamás y sus estrechos lazos con Occidente, empezando por Estados Unidos.

Por estas razones la diplomacia saudí ha sido estos días la más activa de las árabes, más incluso que la egipcia. El príncipe Saud el Faisal solicitó, el domingo en Washington, un alto el fuego en Líbano. Entregó además al presidente George W. Bush una carta del rey Abdalá, reiterando la misma petición y con sugerencias para superar la crisis.

A través de la Organización de la Conferencia Islámica, con sede en Riad y en la que ejerce gran influencia, Arabia Saudí insistió ayer en el cese de las hostilidades. Hoy el monarca wahabita tiene previsto reunirse con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, para hacer hincapié en lo mismo.

Las gestiones diplomáticas van acompañadas de la compra de material militar para sentirse más protegido frente a sus vecinos. El Pentágono aprobó, el jueves, la venta a Arabia Saudí de 24 helicópteros UH-60L Black Hawk, equipos de comunicación, vehículos armados, etcétera, por importe de unos 5.000 millones de euros.

Paralelamente, Riad ha encargado en Francia nada menos que 100 helicópteros del modelo Eurocopter, por un importe que no ha sido revelado.