Arabia Saudí pide a Bush que intervenga para lograr un alto el fuego inmediato
Washington diseña un plan que pretende una ruptura de la alianza entre Siria e Irán
George W. Bush y la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, se reunieron ayer con el ministro de Exteriores y el consejero de Seguridad de Arabia Saudí para abordar la crisis en Oriente Próximo. La reunión duró una hora, y los saudíes dijeron que habían pedido a Bush que intervenga para lograr que cesen las hostilidades. Según The New York Times, EE UU desarrolla un plan para que Siria no haga frente común con Irán. Por otra parte, Washington afirmó que no habrá soldados estadounidenses en una eventual fuerza internacional que se instale en Líbano tras el alto el fuego.
Saud al Faisal, ministro de Exteriores, dijo que entregó a Bush una carta del rey Abdalá en la que se pide un alto el fuego inmediato y un intercambio de prisioneros, y se aplace el desmantelamiento de Hezbolá, puntos sobre los que Estados Unidos mantiene opiniones opuestas. Al Faisal añadió que encontró a Bush "muy consciente de la destrucción y el baño de sangre que están sufriendo los libaneses" y "deseoso" de que cese la violencia: "Se lo he oído decir personalmente y ésa es la razón de que envíe a Condoleezza Rice para discutir los detalles".
El ministro criticó después a Siria: "Hay un problema en esta crisis, y es que Líbano no puede tener soberanía sobre su propio territorio. Hemos quedado de acuerdo en que ésa es la principal preocupación de todo el mundo". Al Faisal negó que Washington le haya pedido a Riad que presione a Damasco para romper con Hezbolá.
Fase inicial
EE UU retiró a su embajadora en Siria hace año y medio, tras el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri. Aunque no hay ninguna iniciativa para reanudar la relación y la secretaria de Estado no va a ir a Damasco -"Siria ya sabe qué es lo que tiene que hacer, y Hezbolá es el origen del problema", dijo el viernes-, el Times cita a altos funcionarios y asegura que "se está en la fase inicial de un plan para animar a Arabia Saudí y a Egipto a que convenzan a Siria de que debe asumir una posición contraria a Hezbolá".
Por el momento, añade el diario, "parece haber poca discusión sobre los incentivos que se ofrecerían a Siria para que abandone a Hezbolá o deje de armarlo". Y el presidente Bush dijo el sábado que Siria ha sido "un patrocinador fundamental" de Hezbolá y ha ayudado al grupo "a hacerse con cargamentos de armas iraníes". Bush acusó a Damasco y a Teherán de "amenazar todo Oriente Próximo" y obstaculizar "la resolución de esta crisis" y el establecimiento de la paz en la zona.
La secretaria de Estado salió anoche hacia Israel para ver hoy al primer ministro, Ehud Olmert, y posteriormente en Cisjordania al presidente palestino, Mahmud Abbas; el miércoles se reunirá con europeos y árabes en Roma para ver cómo se frenan las hostilidades y de qué forma pueden desplegarse tropas internacionales. Rice advirtió el viernes que un alto el fuego que deje la situación como estaba sería "una falsa promesa". No es una idea sólo de EE UU: la comunidad internacional, dijo a Reuters el noruego Terje Roed-Larse, enviado de Kofi Annan a la zona, cree que el alto el fuego "debe formar parte de una solución política más amplia".
La sugerencia de que la OTAN asuma la tarea -o que la fuerza se apoye en franceses y turcos, según funcionarios citados por The Washington Post que calculan que tendría entre 10.000 y 20.000 soldados- fue ayer valorada positivamente por John Bolton, embajador de EE UU ante la ONU. También Richard Lugar, presidente del Comité de Exteriores del Senado, la respaldó, pero dijo que "no sería una buena idea que EE UU tuviera tropas en Líbano". A diferencia de anteriores situaciones en las que Israel rechazaba la idea porque internacionalizaba el conflicto, ahora, con el papel jugado por Siria e Irán y la demostración de que ni la ONU ni Líbano pueden controlar a Hezbolá, la iniciativa tiene otra dimensión.
Ya lo había anticipado Rice, que habló de la necesidad de "una fuerza suficientemente potente como para hacer lo que tiene que hacer", es decir, impedir que Hezbolá siga lanzando misiles contra Israel. Joshua Bolten, jefe de gabinete de Bush, reiteró ayer en la NBC tanto la improbabilidad de que haya soldados de EE UU en esa fuerza como el objetivo final: "El presidente está comprometido con el respaldo al derecho que tiene Israel a defenderse. Se trata de conseguir un alto el fuego sostenible, y sólo es sostenible si vamos a la raíz del problema, que es Hezbolá, una organización terrorista".
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