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Reportaje:

Canícula en el país de la lluvia

Reino Unido registra 36,3 grados, la temperatura más alta en un mes de julio desde 1911

Charlwood, un pueblo de Surrey cercano al aeropuerto de Gatwick, al sur de Londres, marcó a las 14.32 horas de ayer una temperatura de 36,3 grados centígrados. Se trata de la temperatura más alta jamás registrada en el Reino Unido a lo largo del mes de julio y supera en tres décimas el récord anterior, que desde 1911 ostentaba la población de Epsom, también en Surrey. El récord absoluto de temperatura máxima se estableció el 10 de agosto de 2003 en Faversham (Kent), con 38,5 grados centígrados.

La ola de calor que desde hace días vive el Reino Unido, y en particular el sur del país, alcanzó ayer sus cotas más altas. Las temperaturas previstas para hoy son cuatro o cinco grados más bajas, pero el mayor porcentaje de humedad puede hacer todavía más difícil sobrellevarlas. El asfalto de algunas carreteras se está deshaciendo y están siendo cubiertas con una capa de grava para preservarlas en lo posible del calor. Algunas escuelas no abrieron ayer y muchas decidieron cerrar al mediodía y enviar a los niños a casa.

Aunque el Gobierno ha recomendado a la gente que vista ropa ligera, una escuela de Doncaster envió a casa a una niña para que se vistiera con el uniforme escolar completo, incluyendo la americana de la que había decidido prescindir ante el pronóstico de que se iba a vivir el día más caluroso del verano hasta el momento.

La ola de calor está causando problemas de abastecimiento de electricidad debido al alto uso de aparatos de aire acondicionado. Algunas líneas ferroviarias han sido suspendidas y en otras se ha limitado la velocidad por el peligro de descarrilamientos debido a la dilatación de las vías. Las autoridades han pedido a los automovilistas que no dejen los coches abandonados porque provocan atascos y dificultan la circulación de los servicios de emergencia.

Los sindicatos han aprovechado la ola de calor para pedir que se fije por ley un mínimo de condiciones a cumplir por las empresas. En la actualidad están obligadas a garantizar cierta temperatura mínima para garantizar la comodidad necesaria en invierno, pero no hay límite alguno en torno a la temperatura máxima aceptable.

Una de las preocupaciones de los británicos estos días es el bienestar de los animales. Mientras algunos zoológicos congelan agua con sangre para que las bestias laman el hielo, las protectoras recuerdan a los propietarios de animales domésticos que no los dejen encerrados en el coche o y que tengan en cuenta que haya zonas de sombra si los animales están cerrados en patios, terrazas o jardines con abundantes cantidades de agua.

Reino Unido no es el único país que sufre estos días las altísimas temperaturas. En Francia, nueve personas han muerto desde que se inició la ola de calor, hace ya varios días. Según los servicios meteorológicos franceses, la jornada de ayer fue la más calurosa de la semana, con temperaturas medias superiores a los 30 grados y picos de 36 grados en París o 40 en Burdeos. El presidente de la República, Jacques Chirac, pidió ayer la "plena movilización del sistema de alerta" creado tras las 15.000 muertes registradas por la canícula que asoló el país en 2003. Otras dos personas han fallecido en Holanda por la misma causa. Mientras tanto, otra ola de calor castiga a Estados Unidos durante esos días y podría prolongarse en algunas regiones, según los responsables del servicio meteorológico. El pasado lunes se registraron 48 grados en algunas partes del país, como Dakota del Sur.

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