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Indonesia carece de medios para alertar de un maremoto a la población

El balance tras la ola gigante del lunes es de 341 muertos, 510 heridos y 230 desaparecidos

Los habitantes de Pangandaran, en la isla indonesia de Java, no pudieron ser alertados el lunes del riesgo que corrían después de que el Centro de Alerta de Maremotos del Pacífico, situado en Hawai, detectara un fenómeno de este tipo en el océano Índico. El país, que tiene unas 17.000 islas, no tiene medios económicos para crear un sistema lo suficientemente sofisticado que alerte a tiempo del riesgo de maremotos a sus habitantes. El Gobierno indonesio recibió el aviso sólo 20 minutos antes de que olas de hasta cinco metros de altura golpearan la costa del suroeste de Java, en la que no existín sistemas como altavoces o sirenas que hubieran podido alertar del peligro. Al menos 341 personas han muerto, 510 están heridas, 230 desaparecidas y 42.000 desplazados, según datos de Yakarta.

Aparte de la instalación de sirenas y altavoces en las playas, otros posibles métodos de alerta serían, según la Agencia de Sismología de Yakarta, el envío masivo de mensajes de alarma vía SMS o por correo electrónico. Pero esta medida dejaría sin aviso a muchos pequeños pueblos de pescadores que no tienen Internet, cobertura, o simplemente teléfono móvil, un objeto que aún es caro en Indonesia.

Tras el devastador maremoto del océano Índico de diciembre de 2004, que causó la muerte a más de 226.400 personas, según la ONU, se anunció la puesta en marcha de un sistema de alerta rápida que protegería todo el océano Índico. El sistema, que consta de dos boyas de detección, se instaló en la costa occidental de la isla de Sumatra, fuertemente dañada en 2004 y donde se creía que se registraría el siguiente gran maremoto.

Sin embargo, las dos boyas, que fueron proporcionadas por Alemania, estaban dañadas y no se encontraban en el mar en el momento del maremoto del lunes, según Edi Prihantoro, oficial del Ministerio de Tecnología, que supervisa el proyecto. Además, el epicentro del seísmo se situó frente a Cilacap y Pangandaran en Java. "Necesitaríamos al menos 22 boyas para cubrir toda Indonesia", declaró ayer Prihantoro.

En la que hasta el lunes era una de las playas más famosas y concurridas del suroeste de Java, la de Pangandaran, el panorama ayer era desolador. Decenas de miles de personas han sido evacuadas o desplazadas de sus hogares; decenas de casas, hoteles y restaurantes quedaron reducidos a escombros o dañados seriamente, y los hospitales de la zona están desbordados. Entre las víctimas mortales hay siete extranjeros, entre ellos, un holandés, un sueco, un japonés y un paquistaní, mientras que entre los desaparecidos figuran dos niños suecos. No hay víctimas españolas, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Los equipos de salvamento continuaban ayer la búsqueda de supervivientes en los 180 kilómetros de litoral devastado. Los cuerpos encontrados sin vida, muchos de niños y adolescentes que se encontraban jugando en la playa, se amontonaban en las calles cercanas a la playa.

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Una mujer camina entre los restos de casas destruidas por el maremoto en Pangandaran, en la isla de Java.
Una mujer camina entre los restos de casas destruidas por el maremoto en Pangandaran, en la isla de Java.REUTERS

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