Unos 60 civiles mueren acribillados por pistoleros en un mercado al sur de Bagdad
Líderes políticos suníes piden más tropas de EE UU ante la escalada de la violencia sectaria
Un concurrido mercado en la ciudad de Mahmudiya, al sur de Bagdad, fue ayer escenario de una cruel matanza de civiles, en la que destacó el método, poco frecuente, con el que los atacantes acabaron con la vida de casi 60 personas, la mayoría chiíes. Un grupo de hombres armados con metralletas entraron en un mercado al aire libre tras bombardearlo con fuego de mortero, y dispararon y lanzaron granadas indiscriminadamente contra las personas que allí se encontraban. La ola de violencia sectaria en Irak ha logrado que los líderes políticos suníes, la minoría del derrocado Sadam Husein, digan ahora que necesitan a las tropas de EE UU para protegerles de los ataques de los escuadrones de la muerte.
El ataque se produjo a las nueve de la mañana (hora local), en una ciudad donde conviven chiíes y suníes, en el llamado "triángulo de la muerte", a unos 30 kilómetros al sur de Bagdad. Es uno de los más sangrientos desde que el atentado contra una mezquita chií en Samarra, en febrero pasado, desatara una ola de violencia entre ambas comunidades, que se encuentran al borde de la guerra civil abierta.
Entre las víctimas se cuentan muchas mujeres y niños, y se cree que la mayoría de los fallecidos son chiíes, aunque las autoridades no tenían ayer clara la autoría del ataque, ni el método. Mientras que la policía local, los residentes en la zona y el Ejército estadounidense describieron un ataque previo con fuego de mortero, tras el cual un grupo de hombres armados irrumpió en el mercado, cercano a la mezquita de Mohamed al Amin, y disparó indiscriminadamente contra la gente que hacía sus compras; el Gobierno iraquí insistió en que las explosiones fueron causadas por coches bomba.
Antes de la matanza, los pistoleros acabaron con la vida de tres soldados iraquíes en un puesto de control. Según un comunicado de los militares de EE UU, soldados iraquíes y estadounidenses, que se encontraban en la zona buscando un vehículo sospechoso, fueron también atacados, e informaron de que se habían producido al menos ocho explosiones. En la misma nota, se añadía que las fuerzas iraquíes habían detenido a dos supuestos terroristas, y habían hallado armas y material explosivo en el lugar de los hechos. Tampoco estaba claro el número de víctimas. El hospital local informó de que había recibido casi 60 cadáveres y 70 heridos. Otras fuentes informaron de que había entre 40 y 60 muertos.
El alcalde de Mahmudiya, Muayyad Fadhil, aseguró a la agencia Reuters que los pistoleros "llegaron del este de la ciudad", una zona de mayoría chií. Mientras, otro responsable local acusó a la insurgencia suní del ataque. "Es un complot sadamista bien planeado", afirmó. El atentado coincidió con el aniversario del golpe de estado de 1968, que llevó al poder a Sadam Husein, y que acentuó la opresión de la mayoría chií bajo la minoría suní.
Protección
La violencia sectaria entre ambas comunidades, que ha sumido el país en el caos, ha logrado que los líderes políticos y religiosos suníes suavicen su acérrima oposición a la presencia de tropas de EE UU en el país, que ahora ven como necesaria para protegerles de los ataques a manos de los escuadrones de la muerte chiíes e incluso de las fuerzas de un Gobierno de mayoría chií. Según un diplomático estadounidense citado por The New York Times, los suníes también ven a los norteamericanos como un "bastión contra las acciones iraníes" en Irak, que apoyan a los chiíes.
Los líderes suníes hicieron saber a EE UU su cambio de visión en discusiones informales de las últimas semanas. Aunque muchos de ellos dicen que todavía simpatizan con la insurgencia, y desprecian la Administración Bush, han abandonado su exigencia de una salida rápida de las tropas estadounidenses. Algunos incluso dicen que querrían más soldados de EE UU sobre el terreno para ayudarles a contener el caos.
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