El salto de calidad de Bridgestone

Me sorprendió Bridgestone. En casa de Renault y de Michelin, en un circuito como el de Magny Cours, en el que todo parecía preparado para un nuevo triunfo de Fernando Alonso, la marca japonesa supo ofrecer a Ferrari unos neumáticos tan buenos como para conceder un triunfo sin paliativos a Michael Schumacher y una esperanzadora tercera posición a Felipe Massa.

Como de costumbre, Alonso volvió a constatar su tremenda calidad y el buen funcionamiento de Renault le permitió salir de Francia con unas pérdidas que no son todavía importantes. Pero sí lo son para el fabricante francés, que ve cómo Ferrari se le acerca muy peligrosamente en el campeonato de constructores, pues se encuentra ya a sólo 21 puntos.

La tecnología japonesa resurgió al permitirse de nuevo los cambios de gomas en las carreras

Hockenheim y Monza parecen favorables a Bridgestone. Hungaroring y Estambul, a Michelin

Está claro que Bridgestone ha dado un salto de calidad desde que comenzó el campeonato y que su dominio en Indianápolis se ve ahora refrendado por un triunfo en un territorio hostil. Probablemente, las altas temperaturas ayudaron a los fabricantes japoneses más que a los franceses. Las dos marcas no están tan lejos. Creo que están muy igualadas. Pero cada vez va constatándose que el fuerte calor favorece a Bridgestone frente a Michelin.

Ayer, en Magny Cours la carrera comenzó con 48 grados en la pista, pero la temperatura fue ascendiendo hasta alcanzar los 56. Y Bridgestone, que había funcionado perfectamente en la clasificación, se mostró más consistente incluso que Michelin en las tandas largas, disipando cualquier duda.

Los cambios reglamentarios han sido importantes para este cambio de decorado. Bridgestone había desarrollado una tecnología brillante entre 2000 y 2004, cuando los neumáticos podían cambiarse durante la carrera. El año pasado, en cambio, la norma de que los mismos debían durar la cronometrada y toda la carrera supusieron un reactivo para Michelin, que pudo desarrollar toda la experiencia que tenía acumulada en carreras de resistencia como Las 24 Horas de Le Mans. Allí los coches tienen 650 caballos y las gomas duran dos o tres horas. No es tan distinto de la fórmula 1. Fue un hecho clave para que sus neumáticos mejoraran ostensiblemente y estuvieran muy por encima de los Bridgestone todo el año pasado.

Sin embargo, cuando esta temporada se permitió de nuevo cambiar las gomas en las carreras y se volvió a darles una vida de 15 o 20 vueltas, la tecnología de Bridgestone resurgió y los resultados vuelven a estar ahí.

Ahora todo está muy igualado y el mejor rendimiento de una u otra marca dependerá en gran parte de las condiciones de la carrera. Quedan circuitos muy variados, en los que el calor podrá jugar sus bazas. Hockenheim y Monza parecen más favorables a Bridgestone mientras que Hungaroring y Estambul tal vez son más de Michelin.

Pero hay algo que está muy claro: Ferrari ha decidido que el título no está perdido y luchará hasta el final para conseguirlo. En este sentido, aunque esta misma semana lo negara, existen fundados comentarios en el sentido de que Jean Todt, el director de la escudería de Maranello, ha pedido a los patrocinadores unos 25 millones de euros para seguir desarrollando el coche y mantenerlo al mismo nivel que el Renault de Alonso.

Ferrari no tira la toalla. Y Bridgestone le está echando el mejor cable posible.