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Reportaje:CONTRASEÑA | Carlos Losada

Emprendedores sin mitos

Renovarse o morir: las obras no impiden que ESADE, una de las más prestigiosas escuelas de negocios de Europa, siga funcionando a todo trapo. Hay tablones, plásticos, polvo, obreros, alumnos y profesores en mangas de camisa. Todos parecen perfectamente adaptados al paisaje en cambio. La venerable institución, a punto de celebrar medio siglo de vida, es un nido de emprendedores, especie tan mítica como mal definida. "Emprender es crear y arriesgarse. Es tener la voluntad de transformar la realidad con una aportación personal. Emprendedor es, pues, alguien que tiene el valor de apostar por una idea nueva y diferente": ésta es la definición de la casa, hoy en obras. Su director general, en mangas de camisa, sonrisa puesta pese al calor, apostilla: "Es la cultura de la responsabilidad".

"Hace casi 50 años un grupo de industriales catalanes estaban muy preocupados por la crisis económica: 'esto se hunde', pensaban. Había que hacer algo para aprender a hacer mejor las cosas. A través de lo que hoy llamamos una joint venture con los jesuitas, montaron esta escuela de negocios, tanto para prepararse ellos mismos como para los jóvenes", explica. Él fue un joven que aprovechó la iniciativa: el alumno llegó a profesor de política de empresa y hoy, como director de la cosa, vuelve a oír la palabra crisis y el "esto se hunde" aplicados a la economía catalana: hablamos el día en que acababa de venderse Chupa-Chups. "Me reconozco como alguien interesado en cambiar las organizaciones desde dentro y en proyectos globales", dice. Es perfectamente consciente de que la Cataluña actual, con la novedad histórica del burócrata catalán, busca más que nunca su lugar en el mundo: durante su mandato, ESADE ha echado raíces en Madrid y en Buenos Aires, y recibe alumnos de 45 nacionalidades. Y ahora construye un nuevo supercampus en Sant Cugat: se trata de que aflore el talento en beneficio de todos y como tributo a la pluralidad social.

Barcelonés, de 49 años, es hijo de una burguesía barcelonesa profesional, honesta, "con conciencia social; mejor de lo que muchos dicen". Está orgulloso de ser una "mezcla de catalanes, madrileños, riojanos y leoneses". En 1978 montó una empresa que trató de introducir ordenadores en España: demasiado pronto. "Ser precursor a veces es peligroso", asiente. Aprendió la lección de la mano de Von Hayeck: el fracaso enseña más que el éxito. Pasó por el sector público como secretario general de la Función Pública de la Generalitat y consultor de Naciones Unidas para programas de desarrollo, y está fuertemente vinculado al mundo global de las ONG a través de Intermón Oxfam. Es director de ESADE desde el año 2000: ahí conjuga todas estas piezas que marcan su trayectoria. "Me gusta la gestión porque detrás de la gestión están los valores. Aquí nos interesa la cultura de la responsabilidad que existe tras las técnicas y las habilidades directas", puntualiza con pasión.

Emprender, pues, es algo más que rentabilizar, hacerse rico y lograr beneficios: "ESADE nace para hacer gente muy competente con conciencia cívica y social. El capitalismo funciona mejor en un entorno que favorece el capital social y enlaza con las necesidades reales de la sociedad". Conocer la realidad en la que se actúa es la base de todo: un pragmatismo obligado. La fabulación es una nefasta tentación económica, y la acumulación de poder un vicio peligroso. Traza esquemas sencillos en un papel mientras habla en tono profesoral y contundente: "El drama actual es la acumulación de poder privado, a través de la economía, los medios de comunicación y la política. Esta acumulación destruye la libertad económica. Una economía funciona bien cuando el poder está repartido". He ahí la cuestión.

Experto en liderazgo, no es benévolo con los responsables de superar lo que llama cuellos de botella globales (la energía, por ejemplo) que impiden avanzar. "Soy optimista a largo plazo y pesimista a corto. No nos damos cuenta, por ejemplo, de la necesidad de profesionales que vamos a tener. Tampoco creo que la gente sea feliz: vemos demasiada agresividad en lo cotidiano". ¿No nos anima la economía constantemente a competir? "La competitividad sólo es positiva en un entorno de colaboración. Un partido de fútbol, que es pura competitividad, no sería posible si no hubiera una normas, un árbitro... un marco externo de colaboración". Obvio, pero estamos, como dijo Brecht, en tiempos (tristes) en los que hay que repetir lo obvio: "La riqueza está en dar servicio a la sociedad más que en el beneficio contado en euros o dólares". Elemental, querido Watson.

m.riviere17@yahoo.es

PERFIL

De 49 años, nacido en Logroño, este barcelonés, director de ESADE desde el año 2000, fue uno de sus privilegiados alumnos. Profesor de Política de Empresa, ha pasado por la Administración pública como secretario general de Administración y Función Pública de la Generalitat y está estrechamente conectado con el mundo de las ONG y el desarrollo a través de Oxfam Internacional. Para él, un emprendedor sin conciencia social es una catástrofe: "La economía sólo funciona bien cuando el poder está repartido".

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